Aricultora de San Esteban recibe distinción regional por su ejemplar histoia de lucha contra la sequía

Verónica Calderón ganó el concurso “Relatos de adaptación al cambio climático en la región de Valparaíso” del Consejo de Rectores
A sus 63 años, Verónica Calderón Atencio echa un vistazo a su historia y se da cuenta de que siempre palpitó en su interior la inquietud de, como ella misma lo dice, “devolverle la mano a la naturaleza”. Sí, porque esta agricultora de San Esteban sabe que la tierra que por años le ha dado frutos también necesita recibir cuidado y cariño, sobre todo en estos tiempos en que la sequía no da tregua.
Hace 15 años llegó a vivir a San Esteban y los dos últimos los ha dedicado en gran parte al trabajo de recuperación medioambiental en su predio de dos hectáreas del sector Los Chacayes de la comuna perteneciente a la provincia de Los Andes.
Fue así como, tal vez sin proponérselo, se transformó en la precursora de este tipo de iniciativas en la zona, con un plan de manejo integral de sus terrenos, que considera prácticas de control de erosión, entre las que destaca, la cosecha y siembra de aguas lluvias financiadas por el Programa de Recuperación de Suelos Degradados (SIRSD-S) de INDAP. El proyecto también contó con el apoyo del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) y del área INDAP Los Andes.

PRIMER LUGAR
Acciones como las señaladas fueron plasmadas por esta emprendedora en un texto que hace pocos días obtuvo el primer lugar en el concurso del Consejo de Rectores de Valparaíso (CRUV) denominado “Relatos de adaptación al cambio climático en la región de Valparaíso”.
“No me lo esperaba. Estoy muy contenta, el proyecto ha sido muy lindo, trabajamos harto con mi hijo. Fue muy intenso y se ha ido generando todo un cambio en el terreno con todos los arreglos que se han hecho. Siempre me han interesado los temas ambientales y qué hacer para devolverle la mano a la tierra, porque la hemos explotado demasiado”, dice Verónica, usuaria Prodesal y que actualmente se dedica a la producción de miel, y venta de almácigos de las hortalizas y hierbas medicinales de su invernadero.
El proyecto contempló, entre otros trabajos, la construcción de 9 terrazas con curvas de nivel que utilizó para plantar 200 plantas de romero para la alimentación de sus 36 colmenas donde se favorece la infiltración de agua y retención de sedimentos del suelo.