Integrante de la Corporación de Desarrollo de Llolleo se refirió a plazo que pidió la Empresa Portuaria al SEA
Jorge Gortari, socio de la Corporación de Desarrollo de Llolleo, entregó impresiones sobre como la organización recibió la noticia de que la Empresa Portuaria solicitara una extensión de plazo al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) frente a la gran cantidad de observaciones que se recibió.
Es hasta el 31 de mayo de 2022 el plazo solicitado por la Empresa Portuaria San Antonio (EPSA), a cargo del proyecto de expansión “Puerto Exterior”, para dar respuesta a las más de 500 observaciones técnicas formuladas por distintos servicios públicos al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto.
¿Cómo reciben esta noticia de que la Empresa Portuaria pidió nuevo plazo para la evaluación ambiental del proyecto?
Era un poco lo que todo el mundo y que el puerto mantenía que no nos preocupáramos porque su proyecto era muy bueno. Se demuestra que las circunstancias son totalmente diferentes, porque la Empresa Portuaria pide esta prorroga hasta mayo del 2022 para hacer estudios que faltaron del proyecto. Eso significa que se sigue encareciendo el costo del proyecto, que es algo que estamos pagando todos los chilenos, y la preocupación es porque al parecer el puerto va a seguir con su misma postura, de no acercarse a la comunidad y sus requerimientos y seguir trabajando por su cuenta.
¿Cree que era necesario no seguir con el proyecto sino que replantearlo?
El proyecto de ingeniería creo que vale la pena ejecutarse, el problema era las afectaciones ambientales y las afectaciones a la calidad de vida de la ciudadanía, que eso no se considero para nada y creo que es una de las principales preocupaciones que tiene que plantearse.
Todo esto sigue extendiendo el plazo, continua la incertidumbre si se ejecuta como esta o se harán los cambios que se piden, ¿Cómo ven esa situación y este nuevo plazo para la evaluación?
Genera más incertidumbre con el proyecto a nivel de Estado y gobierno, porque ya se sabe que el puerto está prácticamente reconociendo que su proyecto no era bueno, el proyecto ambiental, nosotros no nos referimos al proyecto de infraestructura, porque es otra materia. Pero en lo que corresponde a la afectación al medio ambiente y la calidad de vida de las personas, que es una posibilidad que incluso nosotros pensábamos que iba a ser rechazada por el Servicio de Evaluación Ambiental, por la gran cantidad de observaciones de los servicios públicos, casi 600, más 3 mil y algo que hizo la comunidad, a todas luces eran observaciones que se notaba que estaban bien respaldadas en lo técnico ambiental.
¿Qué le pareció la respuesta de la comunidad para entregar observaciones?
Nuestra primera sorpresa fue la gran cantidad de observaciones de los servicios públicos, muchos de ellas eran observaciones bien críticas, no eran observaciones menores, algunas casi insalvables; de hecho, el alcalde y la municipalidad de Santo Domingo pedían que se rechazara el proyecto definitivamente. La misma seremi del Medio Ambiente hizo una serie de observaciones súper importantes, que también daba luces que ameritaba que el proyecto fuera retirado. Ahora entendemos que como es un proyecto de Estado, la cosa política lo mantiene a flote, porque si hubiese sido un proyecto privado, por seguro se habría rechazado, sin haberse analizado su trámite.
¿Van a seguir pendientes de este proceso y todos los estudios que sigan?
Si, se generó un movimiento muy interesante, porque es súper transversal, hay distintas corrientes políticas, distintas ideologías, distintas creencias, pero todos llegamos a un hecho común y eso se ha mantenido, los vínculos están, estamos en espera a ver cuál es el modus operandi que va a seguir la empresa portuaria. Recordar que yo tuve una reunión con el gerente del puerto y les pedí que si, por decirlo de alguna forma, querían salvar el honor que de una u otra forma retiraran el proyecto para revisarlo con la comunidad y que se logren acuerdos ahorrándose este tiempo, que es más de un año, pero lamentablemente no nos hizo caso.