El consuelo del tonto

El chiste cuenta de un hombre joven…de modesto origen…que de pronto…por intervención de la buena fortuna…se ve en poder de una gran cantidad de dinero…muchos millones.
Entonces compra una casa que habilita con lo mejor de lo mejor en muebles…electrodomésticos…alfombras y objetos de decoración.
Cocina y baño eran sus orgullos. Patio con piscina y un sauna al más puro estilo nórdico.
Dejó de trabajar. Por consejos invirtió el resto en fondos mutuos y vivía de las rentas.
Dio la casualidad que se topara en la calle con un viejo amigo y vecino de su «toma» de origen a quién invitó a su casa. Desde la entrada…ufano…fue presumiendo de sus pertenencias. De su maravilloso living tapizado en terciopelo chiffon…los gobelinos italianos en las murallas…su cocina que parecía muestrario de salón de venta de Easy.
Luego…en el segundo piso el dormitorio en suite para alojados. El baño…con bidet, urinario y jacuzzi. Al llegar al dormitorio matrimonial ve a su mujer con un extraño. Esa es mi mujer… dirigiéndose al amigo…al gallo que está con ella no lo conozco…agregó. Y haciendo un gesto en otra dirección le dice; ¡pero mira las cortinitas…importadas!
Hoy vi la repetición de una entrevista hecha por Matías del Río a Ignacio Walker…ex Senador y Canciller y democratacristiano hasta la médula.
El periodista lo lleva al tema obvio. La nueva debacle de su partido. Que sacó UN CONSTITUYENTE, acaba de quedarse sin candidato a la presidencia y…como si fuera poco…también quedó sin primarias legales (esa que el fisco financia)…y con su directiva partidaria renunciada.
Vi a Walker…por una fracción de segundos.. tragar saliva y…acusando el golpe…en vez de comentar el hecho al que se le enfrenta responde haciendo notar que son el partido con más alcaldes y concejales
Es decir; «pero mira las cortinitas».

Alejandro Iglesias