Entre winkas y ancestrales telúrico
Por los 70 el mundo se vio invadido por una corriente cinematográfica de corte realista. Destacó el nuevo cine italiano. Mucha sorna…mucho sarcasmo…ironía inteligente… autocrítica y una visión descarnada de una sociedad burguesa con sus pocas luces y sus muchas sombras.
Muchos filmes era una colección de gangs…pequeños cortos de cinco minutos mas o menos. En Italia…tan latinos como nosotros…tan políticos como nosotros…tan inestables y apasionados por la cosa político/social como nosotros la Democracia Cristiana ganaba terreno…allá y acá.
Partido confesional como el. que más…sus principales voceros…sus más eficientes operadores políticos eran los curas.
En una de esas películas se muestra a uno arriba del púlpito dando el sermón de despedida a sus feligreses con las siguientes palabras; «Y no olvideis hijos míos que en las próximas elecciones debéis votar por un candidato que sea demócrata y cristiano».
Anoche en Mentiras Verdaderas (La Red (ROJO)TV) el diseñador gráfico derivado en historiador Jorge Baradit repitio algo declarado a poco de ser electo Constituyente. Que no cabía la menor duda que la presidencia de la Asamblea Constituyente debía quedar en manos de una mujer…de izquierda…en lo posible con un doctorado…y de un pueblo originario.
Elísa Loncón hoy ocupa ese cargo. Y sin duda no ha dejado indiferente a nadie.
Su instalación en el cargo tiene de simbólico. Es un potente mensaje. Y como tal la ciudadanía lo ha entendido…y tuvo y tiene una consecuencia absolutamente esperable. Por un lado los panindigenistas que aplauden y los demás que pifian.
Como no se veía hace muchos años ha surgido una sensación de rechazo a todo lo que sea indígena en general y mapuche en partícular. Las RRSS está llena de descalificaciones…burlas y denuestos contra ellos…su cosmovisión…su dialecto…su vestimenta…
La causa mapuche para algunos no es otra cosa que una incubadora de terroristas y delincuentes.
Y para éstos chilenos, que la Machi Linconao sea Constituyente y hable en mapudungun en el hemiciclo y Elisa Loncón la presidenta son una bofetada en el rostro.
El hecho ha provocado el resurgimiento y/o el sinceramiento del racismo del que adolecemos nosotros…los winkas.
Alejandro Iglesias.