Las cifras tras el cuarto retiro

En los próximos días comenzará la discusión en el Congreso del proyecto sobre el cuarto retiro de fondos previsionales, a un año del primero realizado. Aunque es preciso aclara que existen alrededor de siete proyectos distintos, todos ellos apuntan a lo mismo: realizar un nuevo giro contra los fondos previsionales, incluso algunos abogando por el retiro total de los fondos acumulados. En ese sentido, es válido pensar que hace un poco más de un año, la idea de hacer un retiro anticipado de los fondos de AFP parecía imposible. Sin embargo, la situación económica generada por la pandemia, así como presiones de tipo político, hicieron que esto fuese finalmente una realidad.

Sin embargo, este cuarto retiro es distinto a los anteriores, puesto que se da en el contexto de una baja sostenida de los contagios de Covid explicada por la alta cobertura del plan de vacunación y la entrega del Ingreso Familiar de Emergencia, IFE Universal, el que beneficia a la totalidad de los hogares inscritos en el Registro Social de Hogares. También es necesario considerar que hay un desgaste natural de la herramienta, puesto que se estima que un 43% de los afiliados al sistema de AFP quedaría sin ahorros en sus cuentas si se aprueba el cuarto retiro, lo que equivale a 4 millones y medio de personas. Otro punto relevante tiene que ver con quiénes se ven beneficiados, dado que se estima que uno de cada cinco afiliados ya no va a poder retirar nada, porque agotó sus ahorros, lo que corresponde a poco más de 2 millones de personas.

Ahora bien, con respecto a quienes sí podrían retirar, cerca de 950 mil personas podrían obtener menos de 100 mil pesos, y casi 2 millones menos de 500 mil. Es decir, un 37% de todos los afiliados activos podrán retirar 500 mil pesos o menos. Por otro lado, este grupo corresponde en su mayoría a profesionales o trabajadores especializados, que han tenido cotizaciones constantes o por montos más altos, lo que explica el hecho que aún mantengan fondos vigentes. Respecto al grupo que no podrá retirar, son en su mayoría mujeres y trabajadores con mayor nivel de informalidad, con bajos sueldos o jóvenes recién ingresados al mundo laboral.

Entonces la pregunta lógica es ¿vale la pena hacer un cuarto retiro si los beneficiados son, en su mayoría, personas con mayores ingresos? ¿qué tan regresiva es esta medida? Efectivamente, este cuarto retiro solo beneficiaría a quienes han tenido más capacidad de ahorro, básicamente por haber tenido empleos más estables o sueldos más altos. El debate se hace más interesante, al considerar el IFE Universal vigente, que se estima alcance a poco más de 7 millones de hogares, lo que equivale a 15 millones de personas y cuya vigencia se podría ampliar hasta fines de año.

Es de esperar que el análisis y el debate en el congreso sea en base a criterios técnicos y no solo a posiciones políticas, puesto las consecuencias de aquello tendrán que ser gestionadas por las futuras generaciones.

José Navarrete Oyarce
Director Ingeniería en Administración de Empresas
Universidad Andrés Bello