¿Un día más o un día menos?
Existen preguntas que caen en una espacie de acertijos como por ejemplo: ¿Qué es primero, el huevo o la gallina? o ¿Por qué le llamamos tierra a nuestro planeta, si más del 70% de la superficie es agua? O ¿De que color serán los camaleones mirándose a un espejo? Etc. etc. Como ven, un sinnúmero de preguntas con múltiples respuestas.
Estas preguntas queramos o no, nos llevan a filosofar amenamente en el arte de vivir cómo es el caso del título de mi crónica de hoy. Interrogante que definitivamente va relacionada con nuestra edad y con la manera o la disposición que tenemos para enfrentar la vida.
Personalmente yo me inclino por la aseveración de “Un día menos”, ya que, “Hoy es un día menos de los días que me quedan de existencia”
No obstante, a la hora contabilizar el tiempo que ha transcurrido en nuestras vidas, inevitablemente es un día más, si esto lo miramos desde el día de nuestro nacimiento ya que, la sumatoria del tiempo lo dice y al contrario; si lo miramos con la lógica de la inevitable interrogante e incertidumbre de lo “NO SABIDO” cómo es el caso puntual del día y la hora de nuestra muerte; es un día menos en nuestras vidas, aunque en estricto rigor, la muerte es lo único seguro que tenemos a futuro en nuestra existencia.
Entonces, a partir de lo anterior, si lo meditamos profundamente no importaría tanto “SI ES UN DÍA MÁS O UN DÍA MENOS”, lo que realmente importa es que vivamos la vida en un espacio de tiempo en PRESENTE; en el hoy, en el aquí y ahora, tomándolo cómo una gran oportunidad para ser plenos y un regalo generoso que nos brinda la vida.
El pasado fue, es historia; el futuro es incierto y no llega aun. Vivamos el presente con optimismo y alegría y del mismo modo sin minimizar la importancia que realmente tiene el futuro en nuestro porvenir; teniendo claro si y siendo lo más objetivo posible, que lo más trascendental en nuestras vidas es «QUE VIVAMOS PLENAMENTE EL HOY.”
Valgan todas las redundancias en esta crónica; el pasado, pasado es, existió, ya se fue y si dejó alguna experiencia o vivencia negativa o de frustración, pasado fue y ya pasó. Lo aconsejable es que prioricemos el presente, el hoy; ya que el mañana o futuro a largo y mediano plazo no existe aún, no llegara pronto y cuando llegue lo enfrentaremos cómo corresponde, planificado o no, doloroso o incierto; vale decir con positivismo, sabiduría y sin rencores. Recordemos que la aptitud positiva ante las trabas que nos presenta la vida determinará los efectos para bien o para mal en lo que nos queda por vivir.
Este instante es nuestro actual presente, vivamos el ahora y el aquí plenamente; antepongamos las alegrías ante las penas y recordemos lo lindo del pasado pero no en demasía ya que, los seres humanos que añoran mucho un buen pasado y a la vez se atormentan por uno malo en sus vivencias, poco futuro auspicioso se vislumbra en su vivir; renovemos nuestras mentes para bien, sin preguntarnos constantemente ¿Si es un día más o un día menos?; no vale la pena, sólo vívelo; cómo si fuese el último día de tu vida; sin excesos y en armonía, con amor y fe; perdonando y pidiendo perdón, siendo feliz.
HUBERZZA