Mujeres rurales: protagonistas en la sobrevivencia y el futuro del campo

Ubicadas casi a la par con los hombres en las cifras nacionales de usuarias y usuarios de INDAP, y destacadas especialmente por iniciativas innovadoras y sustentables ante los desafíos del cambio climático, las pequeñas agricultoras campesinas e indígenas ratifican su creciente participación como jefas de proyectos que acceden a programas de asesoría y financiamiento que ofrece este servicio del Ministerio de Agricultura.
Exactamente 74.920 mujeres rurales utilizaron en 2021 algunas de las líneas de apoyo al desarrollo de la Agricultura Familiar Campesina que entrega el INDAP, lo que corresponde al 46,19% del total de 162.211 usuarias y usuarios. Esta cifra confirma su persistencia para crecer en el campo ya muy lejos del 10% que apenas ocupaban el año 1990.
Agricultoras que cultivan, procesan y dan el salto a los mercados más allá de sus comunas, pequeñas ganaderas que le dan la vuelta a la sequía, mejoran cuidados y se integran con éxito con proyectos gastronómicos, anfitrionas de turismo rural, productoras de pueblos originarios que ponen en valor conocimientos ancestrales, jóvenes que vuelven a la tierra con nuevos estudios y plenas en independencia y futuro, cuidadoras de semillas, dirigentas sociales, son algunas de las expresiones en que se refleja ese protagonismo.
El director nacional de INDAP, Carlos Recondo, que en su gestión ha visitado y compartido con numerosas mujeres rurales con proyectos individuales y asociativos, reconoce ese espíritu que le han impregnado al campo y también el esfuerzo para enfrentar desafíos como los del cambio climático. “Ellas han sabido ocupar nuevos espacios y además están muy atentas a adaptar los sistemas productivos tanto en las zonas con crisis hídrica como en las que surgen nuevas posibilidades. Merecen todo nuestro apoyo porque además, sabemos, siguen muchas a cargo de la vida doméstica en sus hogares y del cuidado de los niños. Por eso y más un gran abrazo”, comentó.
Yanina Osorio (36), pequeña ganadera de San Esteban, en Valparaíso, es una de esas mujeres. Debido a la escasez hídrica optó de forma exitosa por la producción estabulada en que logra un mejor manejo de la alimentación de sus vacas y que hoy le permite contar con una pequeña lechería y una naciente producción de quesos gourmet. Madre de Anaís, que este año entró a 6to Básico, reconoce que las mujeres del campo también, con todo el trabajo que pueden desarrollar junto a sus esposos o parejas, siguen cargando el mayor peso en las tareas domésticas, lo que se acrecentó en la pandemia.
“Las mujeres nos hemos empoderado y te dan ganas de hacer más cosas, y esas cosas nos resultan, además, porque una es más detallista, le pone talento. A veces tenemos reuniones, pero al mismo tiempo somos dueñas de casa, mujer, mamá, y nos cuesta, pero ahí salen nuestros dones de enfermera, de psicóloga, etc. Imagínate que en la pandemia tuvimos a los hijos en la casa, con clases on line, y además el trabajo. Pero como mujeres somos capaces de hacer más cosas a la vez”, enfatiza.