Día de la Tierra: el aporte clave del hidrógeno verde en la transición energética
El Día de la Tierra fue establecido por una resolución de las Naciones Unidas del año 2009, sin embargo, su origen es previo y se remonta al trabajo de unos pocos pioneros y pioneras, que ya en la década del 70 estaban preocupados por el bienestar del planeta y la supervivencia de la humanidad y todas las formas de vida.
Fue así como en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano de 1972, en Estocolmo, se sentaron las bases de la toma de conciencia mundial sobre la relación de interdependencia entre nosotros los seres humanos con otros seres vivos y nuestro planeta. No obstante, este no era un tema relevante en esos momentos en la agenda de los Estados ni tampoco era una preocupación generalizada de la sociedad.
Luego de 50 años, las duras evidencias del cambio climático y la destrucción de los ecosistemas han masificado la conciencia de que vivimos una crisis ambiental que amenaza la supervivencia de la humanidad, haciendo evidente el enfoque de la interdependencia.
Hoy, a pesar del difícil contexto de crisis climática y destrucción de los ecosistemas en que vivimos, hay voces que plantean como solución “buscar un planeta B”. Al conocer de estas ideas queda en evidencia la incapacidad de entender que la humanidad es la principal causante del deterioro del planeta y la primordial amenaza para la conservación de todas las formas de vida. Es más, nada dice que, si la idea de “mudarnos” de planeta se materializara, no volvamos a generar la misma crisis en otro lugar, pues el problema de fondo es el modo de producción y consumo del modelo económico imperante, que ha tratado a los recursos naturales como una fuente inagotable y ha generado una inequitativa distribución de los beneficios y de los daños causados por los impactos negativos.
Pero no todo está perdido, hoy contamos con mayor conocimiento sobre la magnitud de la crisis climática y con datos que nos permiten con certeza saber que debemos actuar ahora y de manera profunda. Es así como, por ejemplo, el Grupo de Trabajo II aporta en el Sexto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) una evaluación detallada de los impactos, riesgos y adaptación al cambio climático en las ciudades, que es donde vive más de la mitad de la población mundial. Contar con esa información y ser conscientes de la crisis que vive la humanidad y el planeta es una oportunidad que no podemos dejar pasar. En ese contexto nuestro país tiene la ocasión inédita de hacer un aporte global ante la crisis climática, apoyando la transición energética mediante la producción, consumo y exportación de hidrógeno verde.
Chile tiene un gran potencial de energía solar y eólica, lo que nos permitirá producir más energía renovable de la que necesitamos directamente, la que podremos emplear para producir hidrógeno verde, tanto para el consumo local industrial como para las comunidades, mejorando su calidad de vida. La tarea que se viene es grande para concretar esta nueva industria y generar desarrollo endógeno en los territorios que lo producirán, en las tres macrozonas que define la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde: norte, centro y extremo sur (Magallanes).
Así que, en esta conmemoración del día de La Tierra, como país podemos celebrar nuestro futuro aporte a la transición energética con una visión esperanzadora del planeta y la humanidad.
Vilma Pérez Líder de Sostenibilidad, Arcadis Chile