Idealización del reencuentro y violencia escolar

El retorno a la presencialidad de las clases en las escuelas, colegios, liceos y centros educativos en Chile, implica una serie de desafíos trascendentales para las escuelas, uno que ha estado en debates técnicos y sociales de trascendencia nacional e internacional, y en que el gobierno y la gran mayoría de los Estados han planificado son las brechas de aprendizaje y el retraso curricular que dejó la virtualización forzada. Pero esa discusión técnica del curriculum y los aprendizajes invisibilizaron un factor central del aprendizaje, el desarrollo socioemocional de las distintas personas que integran la comunidad educativa.

Desde el estallido social la psicología y psiquiatría han venido alertando respecto de la necesidad de atender los factores socioemocionales de los y las estudiantes, sus familias y la docencia. Hoy la violencia escolar se está tomado las portadas y los distintos actores educativos y políticos se han encontrado con una realidad que no tenían considerada. Durante la pandemia aumentaron los casos de violencia intrafamiliar, vulneración de derechos, violencia de géneros, etc.

Esto nos estaba advirtiendo sobre un fenómeno que iba a manifestarse de alguna forma al reencontrarnos. La idealización del reencuentro no consideró los factores de riesgo que están asociados a él, lo que ha implicado que finalmente toda la planificación por ajustar las brechas de aprendizaje se vuelva a retrasar. Escuelas cerradas, cierre anticipado de jornada, centros intervenidos, etc.

Es preciso comenzar desde ahora a abordar el problema, desde relevar sus causas hasta plantear acciones que permitan a las escuelas tener herramientas para abordar el fenómeno de la violencia.

No hay duda que la virtualización escolar forzada por la pandemia tuvo impacto en el desarrollo de las estrategias escolares sobre el desarrollo socioemocional, resolución pacífica de conflictos, la convivencia escolar, las dinámicas relacionales, etc. Al interrumpirse el desarrollo de las acciones destinadas al fortalecimiento del con-vivir, aparecen acciones de descontrol y la violencia. Es preciso, tomar acciones urgentes en acciones escolares que aborden estos factores. Campañas preventivas, promoción de bienestar e intervenciones en casos de violencia grave.

Por otra parte, la violencia se instalado como elemento eje de los medios de comunicación y las RRSS. La vemos en la cobertura de la guerra, las marchas contra migrantes, hace poco vimos viralizada la agresión entre actores en los Oscar. O sea, la violencia como método de resolución de problemas. Es urgente que los medios de comunicación comprendan el rol social que les implica para colaborar en este fenómeno. Una cosa es informar situaciones y otra es hacer un show comunicacional de la violencia.

Es urgente que las escuelas y los centros educativos actualicen sus protocolos y estrategias para abordar el con-vivir y el bienestar. Hacer frente a la violencia. El foco está en el desarrollo socioemocional de las comunidades educativas, el bienestar y la comprensión comunitaria y colaborativa para el vivir-con. Acciones que individualicen el fenómeno o lo externalicen no permite abordarlo.

Lo anterior, exige la inclusión familiar a los procesos académicos y educativos. Hay que profundizar la articulación que de alguna forma se pudo desarrollar durante la virtualización forzada de las escuelas. La familia es el núcleo central de la sociedad y desde ahí debemos recomponer y reconstruir el reencuentro. No es posible resolver un conflicto como el que se está desarrollando sin que las familias se hagan parte, sean acogidas por la comunidad y en colaboración resolver y proponer un cambio de estrategia.

Juan Pablo Salinas
Académico Psicología Educacional
Universidad Andrés Bello