Ponerle color

El chiste es así; un barco de guerra en medio de un combate, navegando. Un marinero ingresa alarmado a la sala de comando y dirigiéndose al Capitán le dice; ¡¡Señor!!, ¡¡Señor!! Hemos recogido unos prófugos.
El capitán en tono seco y autoritario le responde; ¡Que los fusilen a todos!
El marinero se cuadra, da media vuelta y parte a cumplir con la orden.
Al poco rato vuelve y dirigiéndose otra vez al Capitán dice; Señor, cumplida su orden…pero me equivoqué, no eran prófugos…eran náufragos.
Recordé este viejo chiste, fome por cierto, que contaba mi padre siendo yo un niño cuando se conoció el documento por alguien filtrado donde se le pide a las autoridades penitenciarias de Arica internar provisoriamente a tres delincuentes extranjeros que debían haber sido deportados pero el país de destino se había negado a recibirlos.
De paso permítanme decir que está llegada masiva de delincuentes colombianos y venezolanos me recuerda a los Marielitos cubanos que con el gentil auspicio de su gobierno salieron de la isla con destino a Miami infectando la ciudad de peligrosos y sangrientos pandilleros como ya había ocurrido años antes con irlandeses, chinos e Italianos y desde la caída de la URSS, rusos.
Pero ese sería tema de otra columna.
Queda claro en el documento mencionado, avalado por testigos del hecho, que los prisioneros NUNCA embarcaron porque el rechazo del gobierno de Maduro a recibirlos llegó antes que abordaran el avión.
Sin embargo quien vio el video donde la Ministra hace las afirmaciones ante una comisión en la Cámara de Diputados que resultaron ser falsas (y si no lo vio se los cuento) afirma; 1. Que el avión había despegado y vuelto a la ciudad con TODOS sus ocupantes. 2. Que no se sabe donde están ahora.
El tono cahuinero se le puede mencionar y…en el peor de los casos…podría atribuirse a una subjetiva interpretación mía…esperable de un tipo que no disimula la antipatía que experimenta por el nuevo régimen.
Pero lo cierto es que estoy seguro que la Ministra debe haberse sobado las manos de contento tras haberle asestado otra puñalada de descrédito al gobierno de Piñera.
Seis horas después…por Twitter se disculpaba con el mismo menú de adjetivo melibdrodos que debió usar con Argentina después de que desde el país trasandino llegarán voces de molestias por su majadería en usar el vocablo Wallmapu con el evidente propósito de ganarse unos puntos con los levantiscos de la CAM y Temokuikui.
El Presidente le reitero su confianza. No le queda otra. Pero estoy seguro que de aquí para adelante veremos a una Izkia Siches contando hasta diez para no volver a meter la pata porque de lo contrario…como dicen nuestros campesinos, va a durar lo que un gusano en el pico de un pavo.

Alejandro Iglesias