Rol de los intérpretes en zonas de conflictos bélicos
La labor del intérprete se remonta a eras tan antiguas como las de los primeros conflictos, lo que refleja la necesidad intrínseca de los seres humanos de comunicarse entre ellos y superar barreras no solo lingüísticas sino también culturales.
Una zona en conflicto, como la actual guerra entre Rusia y Ucrania, suele estar delimitada por las fronteras de los países involucrados, los que a menudo necesitan de intérpretes para subsanar las necesidades de comunicación, quienes no siempre son personas preparadas para lidiar con la presión de ejercer en medio de zonas de extrema violencia.
Sus labores en las zonas de conflicto trascienden el ámbito lingüístico y cultural: participan en acuerdos, ayudan a las víctimas y muchas veces son la pared divisoria entre la vida y la muerte. Lamentablemente, al igual que en otros ámbitos, su rol suele pasar desapercibido y muchas veces incluso menospreciado, al punto de quedar completamente desprotegidos y sufrir las consecuencias de ser catalogados incluso como “infiltrados”. En ocasiones, también son presionados por los distintos contendores para transmitir mensajes que pueden cambiar por completo las negociaciones y el desenlace de los conflictos, aunque su papel en la guerra sea justamente, ser un punto “neutro”.
Entonces, en el marco de los conflictos actuales, vale la pena destacar a todos intérpretes, no solo por facilitar la comunicación entre los bandos, sino que también por apoyar la labor de los reporteros de todo el mundo que se encuentran actualmente trabajando en territorio ucraniano y zonas aledañas.
Si bien lo ideal sería que ningún intérprete ni persona tuviera que exponerse a los riesgos que conllevan las guerras, desde nuestra profesión debemos luchar para exigir un trato justo y protección para aquellos que arriesgan su vida en pro de la comunicación.
Carmen Virginia Suárez
Directora de Carrera de Traducción e Interpretación en Inglés UDLA Sede Viña del Mar