Los desafíos del turismo circular y regenerativo
El cambio climático, como realidad actual indesmentible, está provocando daños irreparables al medio ambiente y a las comunidades que los habitan. Los diagnósticos existen y en muchos casos los acuerdos también, es así como internacionalmente contamos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sin embargo, sus metas definidas para el 2030 no están avanzando como se esperaba.
¿Cómo podemos aterrizar y apoyar estos compromisos desde la actividad turística? Las respuestas no son nuevas, de hecho, existen ejemplos de su aplicabilidad y que aporten a la sostenibilidad, los conceptos son “Turismo Circular” y Turismo Regenerativo”. El primero de ellos resulta mucho más aplicable en empresas de servicios turísticos y organizaciones que trabajen en o por el sector. Mientras que el segundo resulta fundamental de incluir como parte de las experiencias turísticas de los destinos o territorios.
El Turismo Circular, que tal como lo hace la economía circular, busca disminuir la extracción de recursos y la generación de contaminación para aportar a la reutilización y regeneración especialmente del patrimonio natural y cultural. Requiere nacer de un compromiso transversal al interior de las organizaciones, luego se deben medir impactos previos a la adopción de medidas concretas, por ejemplo, huella de carbono y huella de agua, y finalmente es ideal adoptar una certificación.
Por otra parte, en los territorios o destinos es necesario planificar y gestionar sosteniblemente, idealmente ir más allá y buscar un Turismo Regenerativo, el cual se puede lograr por medio de actividades o experiencias que no solo busquen generar el menor impacto negativo posible, sino dejar al destino mejor de como estaba previo a la visita. Para esto es fundamental generar mayor conciencia ambiental en los turistas. Es ideal es que el centro de la experiencia turística o al menos una parte de ella, tenga relación con actividades de cuidado, limpieza o rescate de algún componente o miembro del ecosistema visitado, para que sea una experiencia no solo memorable, sino vital.
En definitiva, debemos pasar del diagnóstico y definición de estrategias a la acción, podemos adoptar medidas de manera individual y colectiva, ya que cualquier decisión que se tome implicará un retorno positivo en materia económica. La circularidad también es rentable, por tanto, no hay razones para negarse a esta alternativa, como tampoco hay razones para no ser regenerativo, pues una experiencia será bien recibida por los turistas y con ello podemos aportar al medio ambiente, a las comunidades locales y al mismo tiempo potenciar a los destinos en materia de rentabilidad.
Claudia Collipal Académica Escuela de Hotelería y Turismo Universidad de Las Américas