Consideraciones fundamentales a la hora de visitar el borde costero
Es habitual salir de vacaciones a lugares que permiten disfrutar del entorno. El mar es uno de ellos, escenario predilecto para practicar deportes, pasear en lancha, caminar por la playa, disfrutar del agua y el sol. Pero, lamentablemente, no es una zona que está exenta de riesgos. Hace poco conocimos la dolorosa tragedia ocurrida en Tomé, donde una familia que caminaba por la orilla de la playa Pingueral fue arrastrada por una ola, cobrando la vida de tres de sus integrantes.
¿Qué consideraciones debemos tener en cuenta cuando visitamos el borde costero para hacerlo con seguridad y evitar riesgos? Los primeros aspectos que se deben tomar en cuenta son el estado de la marea del litoral, si la playa que se visitará es apta o no para el baño y si el lugar cumple o no con todos los requisitos de seguridad.
El mar es potencialmente peligroso bajo condiciones de marejada, por lo que la autoridad marítima informa diariamente sobre ello, notificaciones que se conocen visitando la web de la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante de la Armada de Chile (www.directemar.cl). También dispone de una aplicación muy práctica denominada “Playas Habilitadas”, que se descarga en celulares y que permite conocer avisos de marejadas, playas habilitadas a lo largo de Chile y realizar llamadas al número de emergencias marítimas 137, entre otros.
Cuando una playa está habilitada para el baño se exhibe una bandera verde y cuando no es apta una roja. Siempre debemos fijarnos si el lugar que visitamos cuenta con salvavidas, concesionario y atención de primeros auxilios, entre otros. No se recomienda aprender a nadar en el mar, bañarse si se ha ingerido alcohol o recién se ha alimentado.
En zonas costeras se debe mantener una distancia prudente con el mar, evitando ser alcanzado/a por el oleaje, pues su fuerza generalmente no permite salir de manera fácil y tampoco cualquier persona está capacitada para un rescate bajo condiciones adversas. No se recomienda transitar por sectores rocosos o que puedan resultar peligrosos. Ante avisos de marejadas y marejadas anormales se debe mantener la distancia o no visitar el área costera afectada, aunque sea una playa apta para bañarse. Cuando ocurra una emergencia marítima o un hecho potencialmente peligroso, debe llamarse de inmediato al fono 137, para que la autoridad a cargo active los protocolos correspondientes.
Todos somos y debemos ser responsables de nuestro cuidado y el de nuestra familia, promoviendo así un entorno sano y reconfortante, libre de peligros que puedan teñir de gris los coloridos días de verano. Informémonos, escuchemos las recomendaciones de la autoridad y pongámoslas en práctica.
Susana Mayer, Directora de Carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente UDLA, Sede Viña del Mar