La mujer artista: un rol para reflexionar

La representatividad de la mujer y su participación dentro de la historia del arte se encuentra en proceso de revisión, valoración, fortalecimiento y reivindicación. Basta con indagar en las colecciones de los museos más visitados del mundo, incluyendo ferias de arte contemporáneo como, por ejemplo, A.R.C.O. para comprobar que la presencia de artistas femeninas se encuentra entre un 5% y un 25%.
Distinta es la situación cuando se pone atención en la iconografía representada en dichos sitios: allí, se dispara su participación como objeto a través del cual se encarnan distintos temas, sin embargo, se asume mayormente un rol pasivo de modelo.
Sabido es que ser mujer y artista significó durante mucho tiempo una utopía. Asimismo, cuando aquello era posible, la autoría de su producción artística generalmente quedaba en el anonimato. El conocido caso de Artemischia Gentleschi, no hace sino confirmar esta premisa.
No es sino hasta el siglo XIX que a las mujeres se les permite la entrada a escuelas artísticas. En aquella época, artistas como Ana Atkins, Berthe Morisot, Camille Claudel o Rosa Bonheur participan y aportan con gran calidad a la escena. Ya con la llegada del siglo XX y sus grandes renovaciones en la interpretación visual, el arte encuentra en artistas como Leonora Carrington, Frida Kahlo, Dolores Varo, Tamara Lempicka, Meret Openheim o Louise Bourgeois, la apertura a temas que hasta ese momento no habían sido abordados por mujeres. Por otra parte, es ineludible mencionar a Hilma af Klint, cuya obra descubierta en los años 80 hace replantear el momento de la aparición del arte abstracto cinco años antes de la primera abstracción de Kandinsky.
En nuestro país, numerosas han sido aquellas que han contribuido al desarrollo de las artes visuales con propuestas que han sentado precedentes. Concurren rápidamente los nombres de Marta Colvin, Lily Garafulic, Matilde Pérez, Bruna Truffa, Paz Errázuriz o Lotty Rosenfeld, entre muchas, muchas otras.
La historia del mundo y, en consecuencia, la del arte, debe mucho de su desarrollo a distintas mujeres pasadas y presentes cuyos imaginarios abarcan y van mucho más allá de lo exclusivamente femenino. Hoy, el rol de la mujer en el arte implica no solo la creación y la expresión, sino además el análisis crítico del entorno con el objetivo de asumir la tarea de generar importantes cambios que sigan abriendo caminos.

Jessica Castillo Académica Carrera de Educación Parvularia Universidad de Las Américas Sede Concepción