La otra piedra del sol

En el mes de octubre del pasado año tuve el privilegio de ver en vivo y en directo “LA PIEDRA DEL SOL”, más conocido como el “Calendario Azteca”en el Museo Nacional de Antropología en la ciudad de México y apreciar a la vez como el Estado mexicano y todos sus ciudadanos cuidan su herencia cultural y patrimonio arqueológico de manera ejemplar.
Mientras que, acá en el sur del mundo para ciertos conciudadan@s de diferentes grupos etarios, acostumbrados a ver el poco cuidado y la escasa dedicación al acervo cultural nacional, es a la inversa, y llegado el minuto cuando se encuentran frente a un patrimonio arqueológico que no cuente con las protecciones debidas, es como una autorización subliminar a su subconsciente que es interpretada como un permiso PARA VIOLAR estos espacios e incluso aquellos que cuentan con los intrusivos para que no sean transgredidos sus límites demarcados.
Una conducta nacional espantosa y vergonzosa de falta de respeto hacia los esfuerzos que hacen los profesionales del ramo o simplemente, el de los vecinos y la gente ligada o no a los municipios en conservar medianamente estos recintos. El ingresar a sitios arqueológicos y captar ese momento con sus celulares al lado o sobre estos vestigios arqueológicos, es como adquirir un trofeo o llevarse un suvenir fotográfico a casa, el cual muchas veces es subido a las redes sociales como un:“AQUÍ ESTUVE YO”.
En nuestra provincia, en el Municipio de Santo Domingo tenemos varios roquerios arqueológicos; en estricto rigor,“ROCAS GIGANTES O CICLÓPEOS”,pudiendo citar entre otras el lote de rocas de “El Mirador del Gringo”, (de ahí, el nombre verdadero del municipio “Rocas de Santo Domingo”), y sobresaliendo por sobre las mencionadas está “La Piedra Intihuatana”, o “Lugar donde se ata el Sol”, de más menos cinco metros de altura y ubicado a orilla de mar entre la Playa Marbella y La Playa Norte del mencionado balneario, específicamente en La Puntilla . Este es un montículo de rocas sobre puestas fácil de reconocer; roquerios que también es conocidos en la zona como “La piedra del Sol”.
Según los estudios realizados por diferentes personas comprometidas con al tema, esta estructura megalítica fue removida de su lugar original sufriendo algunos cambios estructurales y estaba ligada a un certero mecanismo calendárico solar parecido a la cultura incásica; imágenes de sombras que determinaban los cambios estacionales o el paso del Sol desde el hemisferio Norte al hemisferio Sur, anunciando los inicios de la primavera y de las cosechas agrícolas respectivamente, además se realizaban otros ritos precolombinos como por ejemplo, el agradecimiento a los frutos de la tierra y el solsticio de invierno (21 de junio).
Estoy claro que el lugar es un balneario público y de acceso libre a cualquier persona no obstante, hay que restringir el escalamiento a estas moles rocosas para las infaltables selfies o eventos masivos que puedan dañar el entorno y que muchas veces terminan siendo decorados con latas de cervezas y colillas de cigarros entre otros desperdicios. Hace muchos años que en Chile hemos adoptado parte del folclor mexicano (sus rancheras), entonces, adoptemos el orgullo y respeto que tiene esa nación hacia su patrimonio arqueológico; no escalemos estas rocas, no hagamos grafitis alrededor de estas estructuras, ni ensuciemos su entorno, al menos hagamos una buena imitación de la cultura mexicana.

HUBERZZA