Salvar vidas donando sangre
La relevancia de donar sangre pareciera que se nos olvida de tanto en tanto. Por ello, las estrategias informativas y de difusión nunca sobran y debieran practicarse de manera sistemática en el tiempo, considerando que la donación de sangre es un acto altruista que puede salvar vidas: ayuda de manera desinteresada a que otras personas puedan sobrellevar una enfermedad, como el cáncer;a superar una condición que puede derivar en complicaciones, como la anemia; y también a sobrevivir a accidentes o traumatismos.
La sangre disponible para todo esto nunca es suficiente, por lo que es imprescindible reforzar siempre en la comunidad el impacto de ser donante y romper mitos en torno al procedimiento.
Aún hay quienes creen que una persona con tatuajes nunca podrá ser donante de sangre, bastando solo con que transcurran seis meses desde el tatuaje para que pueda hacerlo. También algunos creen que se pueden contagiar con alguna infección durante el proceso, pese a que se realiza bajo estrictos estándares de bioseguridad, con equipos desechables y manipulados por personal altamente entrenado. Además, está la creencia de que la persona que dona se puede debilitar, pero quien es sano,al día siguiente recupera el volumen de sangre extraído mediante los líquidos ingeridos vía oral.
Cada vez que se dona sangre se puede ayudar tres personas diferentes.El tiempo aproximado del proceso es de 30 minutos y consta de tres etapas: registro de datos del donante; entrevista para evaluar estado de salud y antecedentes que permitan cautelar la seguridad de los productos y, por tanto la vida, de los futuros receptores; y la extracción propiamente tal. Toda la información que se proporcione es confidencial, sujeta a la Ley 19.628 sobre Protección de la Vida Privada.
Si deseas ser donante dirígete al Centro de Sangre de tu ciudad e infórmate del proceso y requisitos. Estos recintos abastecen a diario a hospitales públicos de la red asistencial que requieren de un suministro constante de componentes sanguíneos.
Es importante mencionar que durante la pandemia el número de donantes bajó considerablemente y aún no se recupera el mismo nivel. No obstante, la necesidad de sangre aumenta.
Andrea Peñaloza, Académica Carrera de Enfermería UDLA Sede Viña del Mar