Startups: cómo no morir en el intento

Es una realidad, más del 50% de las startups fracasan en sus primeros cuatro años. Sin embargo, esta estadística del BID nos ofrece un dato menos alentador: solo 1 de cada 10 startups sobreviven al tercer año.
A pesar del riesgo y la adversidad estadística, los fondos de inversión, ansiosos por detectar ideas de negocio disruptivas y con alto potencial de crecimiento, lograron en los últimos años convertir a Chile en uno de los principales “criaderos” de startups con gran futuro.
Sin embargo, el gran desafío y el más difícil es la implementación de los pasos para convertirse en exitosas y generar inyecciones de capital. La mayoría de los emprendedores poseen poca experiencia, no cuentan con conocimientos previos y, muchas veces, a la hora de pensar un posible negocio se enfocan en encontrar un “problema para una gran solución” en lugar de resolver un problema frecuentemente insatisfecho aportando valor.
Esto se suma a la falta de sensibilidad técnica, ya que es común que se cree una startup con una idea sobresaliente y disruptiva desde la perspectiva del negocio, pero dejando fuera de foco una arista principal del emprendimiento al no tomar en cuenta las implicaciones y complejidades de armar un equipo con conocimiento, expertise y compromiso técnico para materializar la solución/servicio.
El tropiezo más crítico en los emprendedores chilenos radica en la falta de capacidad de adaptación al cambio. Apostar por una cultura del error positiva/constructiva, aprender del fracaso y compartir los errores rápidamente es parte importante del éxito, aunque también es indispensable buscar la satisfacción del cliente y reunir un equipo 100% comprometido con el proyecto.
Es clave contar con perfiles idóneos que conformen el “dream team” que una startup requiere: el “Cráneo Tecno», alguien que sepa de tecnología y sea capaz llevar la agenda técnica del equipo; el “Dueño del Circo», con experiencia y criterio para la toma de decisiones; el «Veterano de Guerra”, alguien en el equipo con muchas cicatrices en el mercado, entendiendo necesidades y tendencias; el “Optimista del Gol», que no solo sabe de tecnología, sino que hace de la venta consultiva un arte y es indispensable para mostrar el valor de nuestro producto al cliente y materializar los contratos. Además de otras figuras, como el “Yoda», la persona que funcionará como speaker en conferencias y meetings de la industria; el “Numerólogo», que opere como director financiero; y los “Nerds Apasionados” que puedan estar 100% comprometidos comercial, técnica y filosóficamente con la idea / misión del emprendimiento.
En un entorno cambiante e incierto como el que estamos viviendo, es necesario que las empresas cuenten con recursos que les permitan adaptarse de forma rápida a las novedades. En este sentido, son cada vez más las organizaciones que utilizan el método Agile en sus procedimientos internos, lo que les permite desarrollar sus proyectos con más rapidez y flexibilidad de la que podría esperarse de una multinacional o gran empresa. Para que un emprendimiento salga adelante hay tres aspectos que son fundamentales: mejorar constantemente la satisfacción del cliente, potenciar la motivación del equipo e innovar eficaz y eficientemente (tiempo y costos).

Hernán Petitti – Technology Advisor de Ingenia