POPULISMO
¿Qué es populismo?… En una de las definiciones más claras y aceptadas de que significa este término tan de moda; podríamos decir que: “Es la tendencia política que pretende atraer a las clase populares; vale decir, apelar al pueblo con estas medidas, para construir su poder y transformarse a futuro en la clase dominante de turno”. Entendiendo como pueblo, a las clases sociales bajas y medias sin grandes poderes económicos y políticos.
Cuando el pueblo en su gran mayoría, requiere de forma urgente soluciones a sus demandas; siendo estas en esos momentos ineludibles e inevitables; se argumentan discursos de calibres técnicos con una verborrea politiquera de antología para dar soluciones a las crisis en curso; como lo hacen los distintos sectores políticos de los países afectados.
Estos ofrecimientos de medidas y soluciones redentoras, son catalogadas por la sociología como decisiones POPULISTAS, argumentando que no buscan el bienestar y el progreso de los países, que por el contrario, sólo tratan de conseguir la simpatía del electorado sin importar las consecuencias; como por ejemplo, el caso argentino en la actualidad.
Retornemos a la actualidad nacional. No deja de ser controversial y contraproducente, que la inmensa mayoría de la oposición en sus críticas al oficialismo, argumentan en el último tiempo un peligroso coqueteo con el popularismo, y se contrapone abiertamente a su actuar pasado; ya que muchas veces lo han utilizado de forma positiva para su sector; vale decir, cuando son propuestos para buscar y construir el poder a partir de la participación popular y de la inclusión social, en el combate a la delincuencia y mejorar la salud y la educación.
Este populismo tan criticable por ambos sectores en determinados momentos según sus conveniencias, puede mejorar la capacidad de respuesta de este tambaleante sistema político nacional, fomentando la incorporación de políticas reivindicadoras a futuro y en directo beneficio del pueblo.
Si hoy en día la ciudadanía pide un adecuado sistema previsional con pensiones dignas, y dos o tres requerimientos populares más, como mejorar significativamente la salud y educación, si el pueblo pide el mejoramiento de nuestra nueva constitución política después de tantos intentos, o atacar fuertemente la corrupción estatal y hacer reformas judiciales y tributarias en beneficio de todos, si o si, se tienen que realizar; estas son peticiones populares que necesitan ser concretadas por la elite gubernamental chilena.
¿Entonces, que tiene de malo hoy en día el populismo; cuándo este va en directo beneficio de un pueblo desilusionado, enojado y hastiado de su clase política? respuesta simple y sin tantos rodeos argumentativos; “no tiene nada de malo”.
El pueblo está decepcionado de la clase política, la gente está ahí, inerte, pero también atenta al comportamiento de l@s ilustres para la reparación de tantas malas gestiones en sus periodos de gobierno; Muchos ciudadanos de distintos sectores políticos y socioculturales actualmente defienden y avalan de cierto modo estas medidas populistas. No es una óptima forma de dirigir un país u ofrecer un mejor gobierno en las próximas elecciones, si se prometió, se tiene que cumplir por obligatoriedad, ejecutada con expertis e inteligencia política por todos los poderes del Estado. No prometan y no cumplan, recuerden el pasado.
HUBERZZA