Conflicto en Medio Oriente y déficit de vivienda
En el remoto horizonte de Medio Oriente, lejos de nuestras costas y montañas, se libra un conflicto que ha estremecido al mundo entero. Sin embargo, este enfrentamiento entre Israel y Hamás puede tener un impacto inesperado en el corazón de Chile: el avance del plan de emergencia habitacional.
Nuestro país que enfrenta desafíos críticos en materia de vivienda no está inmune a las consecuencias de los eventos lejanos. Con un déficit habitacional de alrededor de 700 mil unidades, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) se ha propuesto la ambiciosa meta de construir cerca de 200 mil viviendas para el 2026.
Sin embargo, este noble propósito se ve amenazado por las ondulaciones de la geopolítica que ha desencadenado en un aumento sustancial en los precios de algunos materiales, incluyendo el acero y el aluminio, fundamentales en la construcción de viviendas. Esto, a su vez, puede elevar los costos de construcción en todo el mundo, incluyendo Chile. Por ejemplo, para el caso de la guerra en Ucrania, el efecto sobre los costos de materiales de construcción fue significativo 36 días después de su inicio, aumentando cerca de un 20% los costos de distintos materiales, equipos y tecnología importados y usados en construcción.
Las implicaciones de este aumento de precios deben planificarse. Una medida para reducir costos podría ser la promoción de la innovación en materiales y técnicas de construcción locales, una decisión sabia desde el punto de vista económico y ecológico, y que podría volverse más estratégico aún si los precios importados continúan escalando. A su vez, esto podría activar ecosistemas productivos locales que permitan reactivar la economía.
Una acción decidida y colaborativa en esta materia entre el Estado y el mundo privado sería virtuosa, donde el primero incentiva la implementación de alguna tecnología que posea beneficios para la sociedad, como las energías renovables mediante subsidios o franquicias tributarias, lo que puede ser utilizado por quienes intervienen en la construcción de viviendas. Así se hizo alguna vez en Chile con los paneles solares calentadores de agua, acción que implicó poblar el mercado con proveedores con buena calidad y bajos precios ¿Por qué no hacer lo mismo con las tecnologías locales que permitan construir mejores viviendas?
En tiempos de incertidumbre y crisis internacionales, es crucial que las ganancias no se antepongan al acceso a la vivienda. La responsabilidad social debe guiar las decisiones empresariales más que nunca. Una eventual recesión en la construcción de soluciones habitacionales no es solo una cuestión económica, es un derecho fundamental de las personas y el acceso a una es esencial para su bienestar y estabilidad.
Chile debe unirse y aumentar sus esfuerzos y demostrar que la política habitacional puede dar una oportunidad a los innovadores locales en el desarrollo de tecnologías propias y, porque no, transformarnos en líderes regionales en economía circular y desarrollo tecnológico local.
Francisco Vergara, Director Centro Producción del Espacio UDLA, y José Ignacio Torres, Director Escuela de Construcción UDLA