Vamos de paseo
La gran mayoría de los chilenos en estas fechas programamos y ejecutamos viajes a distintos lugares dentro y fuera del país.Planificamos estos paseos o supuestos descansos, en gustos personales e intereses familiares, adecuamos nuestro presupuesto económico o echamos manos a ahorros destinados para tal evento e incluso algunos se endeudan por más de un año para realizar este proyecto de esparcimiento tan esperado y necesario.
El chileno hoy en día está viajado mucho y gasta importantes cifras de dinero en sus vacaciones, inclusive los pasajes de avión y de buses están incluidos en laCFB (canasta familiar básica) como bienes y servicios imprescindibles para las satisfacciones de las necesidades básicas de un hogar tipo.
No obstante, hay viajes que son muy recomendables que se realicen y no requieren de mayores recursos económicos, como lo son los viajes vacacionales; en estos solo gastaras una pequeña cifra de dinero para tu traslado.
Existen tres lugares en cualquier lugar del mundo que deberías visitar, cuando aún tus condiciones físicas y mentales te lo permitan para que puedas meditar en plena conciencia, lo que realmente se experimenta en ellos. A la vez, es recomendable que en estos sitios uses todos tus sentidos para que puedas captar en plenitud lo que significa realmente estar ahí y tengas la capacidad de analizar y de recapacitar como ha sido tu existencia hasta ese instante.
No es una recomendación simplista ni populista, pero la verdad es que son muy recomendables estas visitas. El pasar por estos lugares, te harán un ser humano; más ser humano; y apreciaras mejor tú realidad y por ende, serás más agradecido con la vida y más humilde.
Ve de visita a un hospital, a una cárcel y a un cementerio. Primero ve a un hospital; ahí podrás darte cuenta de lo afortunado que eres al tener un organismo medianamente sano. En los hospitales se sufre a pesar de todos los esfuerzos que hacen para sanarnos y que nuestra estadía sea lo más placentera posible; en ese lugar vemos el sufrimiento tanto físico como mental producto del desgaste, el abandono o el mal cuidado de nuestro organismo en el transcurso de los años.
Al visitar una cárcel, démonos el trabajo de recapacitar y valorar nuestra libertad; el estar recluidos y enfrentar los horrores de estas, con todo lo que significa el hacinamiento y todo lo que conlleva la brutalidad imperante en estos recintos, sí o sí; nos tienen que hacer valorar nuestra autonomía e independencia, en comparación a como se vive en las cárceles. La cruda realidad del sistema penitenciario chileno en algunos casos, es como estar muertos en vida, se vive en estas sin pudor, con la ley del más fuerte y la degradación humana en su más alta expresión, es un infierno en la tierra. En las cárceles, experimentas lejos, la peor experiencia que un ser humano pueda vivir, o sea, tú falta de libertad.
Como vez, somos privilegiados al no estar privados de libertad y de ser seres humanos relativamente sanos. Hay que sentirlo y vivirlo como tal; la libertad y la buena salud, son dos, muy grandes dichas que poseemos y que nos ha regalado la vida.
Luego de haber ido a estos dos lugres, dirígete a un cementerio y dedícate a meditar lo que significa tener libertad, tener salud y ESTAR VIVO; para disfrutar de tu existencia con todas sus bondades. El hecho de estar presencialmente en un cementerio reflexionando tu suerte, te harán amar más la vida haciendo de ti un mejor ser humano, más humilde, más generoso, más alegre y positivo. Entonces, no esperes mucho en este principio de verano 2024 para esos paseos, que insisto: “SON TOTALMENTE RECOMENDABLES”.
HUBERZZA