Problemas desconocidos y un Estado débil
Hay problemas desconocidos hasta que se presentan de golpe. Es decir, estaban, pero no se conocían públicamente, y cuando se conocen, viene una serie de preguntas en torno a ellos, críticas, y también la sorpresa sobre una realidad que interpela al gobierno de turno y al Estado, que debe, sin lugar a duda, garantizar las cuestiones más básicas, como el acceso a la educación y por supuesto a una educación de calidad.
Más de 800 niños sin escolaridad a esta fecha. Impresionante. Sin tener la posibilidad de educarse. Sin una alternativa pedagógica. Dicen que es un problema de “sillas”, de cupos, en lugares donde no hay matrícula por una mayor demanda. Surgen, entonces, las preguntas: ¿no hay proyecciones? ¿no hay estudios que van dando cuenta de los movimientos poblacionales? Se plantea que es un tema de cobertura, de aumento poblacional por los inmigrantes y que está focalizado en algunos lugares.
¿Cómo no se anticipan escenarios? El Estado falla cuando no se crean escuelas y no se amplían las capacidades de ellas. Se dice que es prioridad ahora, que están abordando la urgencia, que no había datos. Es increíble, más aún cuando se quiere fortalecer la educación pública.
Se dice que el foco de urgencia es primero medio, séptimo básico e incluso primero básico. Pero ¿cómo responde el discurso de fortalecimiento de la educación pública con este escenario?Hay que decirlo, no es algo de este gobierno sino de todos los anteriores, hay aquí una representación política que no ha trabajado seriamente en mantener la educación pública como deber de Estado y entender que debe ser prioridad.
Para que esto suceda hay que tener consciencia del valor de la educación y una visión de país por sobre una partidista donde, como teatro de lo absurdo, una y otra vez lo que se arma, se desarma de un gobierno a otro y lo que se desarma, se vuelve a armar.
Carmen Gloria Garrido
Directora de la Escuela de Educación de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello