El oxígeno y “el dilema del prisionero”
Dos miembros de una banda criminal son arrestados. Están recluidos en celdas separadas, sin posibilidad de comunicación. La Fiscalía no cuenta con evidencia suficiente para una sentencia larga, pero si para lograr una condena corta de un año en prisión. El fiscal, le ofrece a cada uno, por separado, el siguiente trato: si confiesa el crimen mayor, sale libre y su compañero tendrá una sentencia de 10 años, pero hay un problema, ya que, si ambos confiesan, los dos pasarán los próximos 3 años en la cárcel.
Esta simple historia es conocida como “el dilema del prisionero”. Nos muestra la tensión existente entre cooperación y competencia y es una de las ideas más influyentes en economía en el último siglo.
Este dilema también tiene relación directa con el recientemente revelado “Cártel del Oxígeno”. El lunes 6 de mayo, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) denunció la existencia de un acuerdo colusivo en el mercado del gas industrial y medicinal entre 2019 y 2021. La evidencia presentada por la Fiscalía incluye mensajes de WhatsApp entre ejecutivos e intercepciones telefónicas donde se hace referencia a un estado de “paz y amor” entre las empresas participantes.
En efecto, el dilema del prisionero es el principio que motiva el mecanismo de delación compensada, en el cual, si un participante de un cártel confiesa y aporta pruebas a la Fiscalía Nacional Económica, accede a una eximición o reducción de las sanciones que contempla la ley. Este mecanismo está presente en la Ley de Libre Competencia desde el año 2009.
Su importancia en la política anticolusión es fundamental, ya que casos emblemáticos como el del papel higiénico fueron detectados y sancionados gracias a este mecanismo. No es casualidad que, luego de su introducción, la FNE ha aumentado su efectividad en el combate contra la colusión.
Un aspecto interesante de este cártel del oxígeno es que no es la primera vez que este mercado ha estado bajo la mirada de la FNE. Dos décadas atrás, en 2005, la Fiscalía acusó de colusión a las empresas participantes en este mercado. Si bien el Tribunal de la Libre Competencia acogió la demanda, la Corte Suprema revirtió la sentencia debido a la falta de evidencia suficiente. En esta oportunidad, gracias al dilema del prisionero, la Fiscalía cuenta con evidencia contundente para respaldar su acusación.
Gonzalo Islas Decano Facultad de Ingeniería y Negocios Universidad de Las Américas