En Algarrobo representantes de organizaciones y Fundación Terram conversaron sobre las nuevas propuestas regulatorias para proteger la vegetación nativa dando cierre al Proyecto Tayú
Dirigentes y representantes de organizaciones sociales de Algarrobo, Casablanca, San Antonio y El Tabo se reunieron en la Casa de la Candelaria, en un encuentro con que se dio cierre al Proyecto Justicia Ambiental, Derechos Humanos y Cambio Climático: del abandono de las comunidades a la política pública con articulación territorial en Chile Central (Proyecto Tayú) de Fundación Terram, financiado por la Unión Europea.
En el evento se presentaron las “Propuestas de Políticas Públicas y Normativas” relacionadas con la destrucción y/o degradación de la vegetación nativa cuyo fundamento fue el Análisis del Régimen Jurídico de las mismas. Dicho diagnóstico había sido previamente discutido entre agosto y septiembre de 2023, durante 10 talleres que convocaron a unos 190 participantes a lo largo de toda la Región, especialmente integrantes de organizaciones que trabajan por la defensa de la vegetación nativa.
En materia de contaminación industrial, también cubierta por el Proyecto Tayú, las Propuestas arrancaron con el diagnóstico presentado en la publicación “La negligente realidad de la Bahía de Quintero” que luego discutió -entre noviembre de 2022 y enero de 2023- con unas 170 personas de Concón, Quintero y Puchuncaví, durante los 12 talleres con niños, niñas, jóvenes, adultos mayores, dirigentes sindicales, representantes de la salud y la educación, además de ONGs y organizaciones territoriales de la sociedad civil.
Eliana Chong, Directora del Proyecto Tayú, enfatizó que lo más valioso en el desarrollo de estos documentos de Propuestas fue plasmar las inquietudes e ideas de las personas. “En el trabajo realizado en torno a la vegetación nativa, resalta la conciencia creciente de las personas en la Región sobre la importancia de protegerla de daños de origen antrópico, como los causados por proyectos inmobiliarios en zonas que debieran estar resguardadas (como las dunas) o de la expansión descontrolada de monocultivos frutales. “Tanto la ley como la institucionalidad forestal deben ser reforzadas, mejoradas. Los hechos demuestran que la protección de las formaciones vegetacionales nativas es débil y que, frente a la crisis climática, urge conservarlas sin ambigüedades ni excusas”
En relación a la temática de contaminación industrial, detalló que durante los encuentros en Quintero, Puchuncaví y Concón, una de las inquietudes más recurrentes sigue siendo el desconocimiento del origen de las intoxicaciones masivas y el real estado de salud de las personas. Por eso, uno de los énfasis en las Propuestas insiste en que deben existir normas para medir todos los contaminantes de las zonas de sacrificio y, por supuesto, contar con estaciones que registren oportunamente eventos que sobrepasan los límites permitidos en la regulación. “Además, se debe acompañar con los debidos análisis sobre la salud de los habitantes de estas comunas, esto es, que exista vigilancia epidemiológica, permanente a nivel local; no basta con medir aleatoriamente y sin una frecuencia anual, por ejemplo”, enfatizó Chong.
Conflictos socioambientales en la Región Valparaíso
Otro documento de gran relevancia y novedoso que se elaboró en el Proyecto Tayú, fue el Catastro de Conflictos Socioambientales asociados a degradación y/o destrucción de la vegetación nativa en la Región de Valparaíso, en el cual se registraron 33 conflictos causados por la urbanización (12); minería (5); loteos y parcelaciones (4); usos inadecuados del ecosistema (3); obras viales (2); agricultura (2); generación y transmisión de energía (2); tomas de terreno en bosque de preservación (2); y obras portuarias (1).
Para elaborar este documento, se realizó un sistemático trabajo de campo entre junio de 2022 y junio de 2023, en que el equipo del Proyecto Tayú se reunió y visitó organizaciones locales, así como municipios y servicios públicos sectoriales relacionados con la materia. Los conflictos expuestos tienen en común comunidades de los territorios organizadas para promover la defensa de la vegetación nativa, considerada como imprescindible de muchos ecosistemas terrestres y para la calidad de vida de sus habitantes.
Flavia Liberona, Directora Ejecutiva de Fundación Terram, destacó la importancia de este escrito: “Este es un documento sin precedentes, pues se elaboró una metodología con el propósito de registrar los conflictos socioambientales, en este sentido es original del Proyecto e inédito en la Región de Valparaíso. Esperamos que tanto este libro, como las propuestas, sean insumos relevantes para los tomadores de decisión y sean un aporte en el mejoramiento de políticas públicas presentes y futuras, que vayan en beneficio de la calidad de vida de los habitantes de la Región y de los ecosistemas de Chile central”.
Uno de los autores del libro, Joaquín Gómez Duque, coordinador territorial del Proyecto Tayú, señaló que, al finalizar este trabajo, es menester agradecer a las organizaciones, sobre todo a aquellas alejadas del centro administrativo de la Región, como también a esos municipios más lejanos. “Para cerrar actividades, hicimos un recorrido que involucró San Felipe, Panquehue, Catemu, La Ligua, Cabildo, Petorca, Papudo y Algarrobo. Esperamos que estos libros que hablan sobre la deficiente protección de la vegetación nativa y los conflictos socioambientales que su afectación está generando, sean un aporte para abrir los ojos y comenzar a cuidar nuestros ecosistemas en serio”, indicó Gómez.
El investigador técnico del Proyecto Tayú y el segundo de los autores del Catastro de conflictos, Pablo Madrid, señaló en tanto, que esperan que este registro sea un insumo para la defensa organizada de la vegetación nativa. “Todas las acciones que han emprendido las organizaciones pueden servir como muestra de lo que es posible lograr, y animar con eso a más personas a que luchen por la conservación de su territorio”.