Inteligencia Artificial: Entre la objetividad y el instinto primario de sus creadores
El nuevo chat GPT-4o es una chica. Sus creadores aseguran que será cada vez más parecido al ser humano o se debería decir, a una mujer. Pretenden que nos emule, que hable con emociones e inflexiones de voz, aunque aún no funciona con la misma fluidez ni es tan convincente en otros idiomas que no sean inglés. Es el modelo más reciente y donde la “o” representa al prefijo “omni” que significa ¿Omnipotente? ¿Omnisciente? Se trata de avanzar un paso más hacia una computadora humana mucho más natural. ¿Pretencioso? El reciente modelo puede trabajar con texto, audio y video, lo que hace que la interacción sea mucho más orgánica.La voz de este chat (por cierto, sugerente y femenina) suena como si tuviera emociones y puede reconocer las nuestras.
Esta IA que propone Open IA quiere y podría convertirse en un (¿una?) asistente diario, algo así como una secretaria, pero con la voz de Scarlett Johansson.Es decir que las fantasías primarias de un grupo de brillantes informáticos (obviamente hombres) superaron cualquier avance tecnológico que pudiese estar al servicio de las personas. Tanto es así que debieron cambiar la voz- a regañadientes – por las amenazas de demanda por parte de la actriz.
Sí, la IA pretende ser neutral, objetiva e imparcial, es lo que repiten hasta el cansancio sus creadores, pero ¿debemos creerles? ¿qué entienden por objetividad e imparcialidad? ¿y desde cuál punto de vista? ¿Acaso no queda en evidencia, cada vez que sale al mercado un nuevo y sofisticado juguete tecnológico, el sesgo y los prejuicios de sus creadores? Robots con voces, rostros y nombres femeninos creadas para servir. Aplicaciones con IA a través de las cuales los jóvenes desnudan los cuerpos de sus compañeras de curso menores de edad y exponen en redes sociales. ¿Qué hacen con la IA sino perpetuar las estructuras de poder dominantes y la violencia de género? ¿Suena muy feminista esto? Quizás. ¿Pero es falso? Invito a debatir más acerca de estos temas porque, precisamente la gran fortaleza de la carrera de muchas mujeres del mundo de las ciencias es la búsqueda de soluciones, pues estamos al servicio de la salud, de las ciencias sociales y de la gestión pública. Es decir, podemos desarrollar aplicaciones muy diversas porque trabajamos con información y cómo esta apoya la toma de decisiones en diferentes áreas. Decisiones que deben ser tomadas con ética, inclusión y con un marco regulatorio.
Los problemas que enfrentamos como sociedad son grandes y la IA con su espectacularidad y avasallante evolución puede contribuir a resolverlos. Las y los profesionales de la informática podemos aportar a las soluciones en áreas tan complejas y con tantos desafíos como mejorar la calidad de vida de las personas. Nuestra meta debe ser contribuir en la resolución de problemas no perpetuarlos a través de prejuicios y sesgos que en pleno siglo XXI deberíamos haber superado como sociedad. ¿Acaso avanzamos en lo tecnológico, pero retrocedemos como seres humanos?
Carla Taramasco Toro, directora del Instituto de Tecnología para la Innovación en Salud y Bienestar UNAB, y académica de la Facultad de Ingeniería, UNAB Sede Viña del Mar