“MOTU PROPIO”

Al pensar en nuestra situación país, me he dado cuenta del gran retroceso que hemos tenido con las expectativas que teníamos cómo jóvenes en los años 60 -negativamente para nuestro país en general- los partidos políticos han vuelto a imponer su autoridad e imponiéndose en terreno que no les compete, como han sido las comunicaciones o en el desarrollo local y nacional. Hoy, la sociedad misma, en su mayoría autoriza a los políticos para que opinen de todo, en prensa escrita y televisión; medios que en su mayoría están en manos de grandes empresarios que han logrado hacerse dueños de periódicos y canales de televisión y universidades privadas, entregando y formando la carrera de periodismo; egresando profesionales jóvenes que luego son contratados por el mismo amo que los formó, para sus medios escritos y audiovisuales… ¡imposibles que se rebelen en contra de su amo con el riesgo de perder su trabajo!
¿Cuál ha sido el resultado de esto?… renuncia en gran medida a la posibilidad de continuar el camino para resolver las cosas por sí mismas, empujados por el neoliberalismo autoritario herencia de la dictadura. Razón por la que se perdió el camino para construir un proyecto local, con cariño y determinación especial por las interacciones frecuentes: el ámbito público es más anónimo y, el local es el ámbito en que la familia toma contacto con otras familias de un espacio geográfico cercano que aumenta mucho la frecuencia de relaciones afectivas, comerciales e intelectuales. En cuanto a SALUD, es un área que no se puede trabajar solo en consultorios, sino que también en la calidad de vida. El fomento a la salud es una tarea que siempre se relaciona con la educación, con la producción y sociabilidad en general… me parece y creo que, se debe visualizar la relevancia de RE-IMPULSAR la organización social de la gente, juntas de vecinos, las mujeres, los indígenas, campesinos; los jóvenes deben organizarse también en FORMA AUTONOMA DEL ESTADO y de los partidos políticos. No se trata de plantear un falso apoliticismo porque todos sabemos que al final de cuentas, todo es político. De lo que se trata, por el contrario, es evitar el monopolio de la política despartidizando la acción social. El sentido común del pueblo dice que los partidos dificultan la acción comunal de las organizaciones populares. El ejercicio de sus tareas (eminentemente políticas) se ve debilitada cuando los partidos invaden la vida comunitaria sesgados por una visión miope del poder. Para que la democracia se arraigue en la razón y en el corazón de la gente, es necesario que a ella se le permita libremente el ejercicio de la función pública, a través de sus propias organizaciones, sin dividirlas en partidos.
Recuerdo una entrevista publicada en “Literatura y Libros” del desaparecido diario la “Época”, el poeta Gonzalo Millán fue categórico: “Yo no aceptaba, hasta mi retorno, el grado de corrupción, de alienación que aquejaba al lenguaje chileno”. El poeta no se refiere a un proceso particular acaecido en el régimen militar, sino a un desarrollo de largo alcance, que modifica lo que fue alguna vez “el lenguaje de la tribu”, Millán otra vez: “Me encanta leer los diarios y las revistas chilenas porque, claro, es como comer un manjar exquisito, es como comer manjar blanco. ¡Es tan trasparente! Lo transparente es el lenguaje cifrado que hay detrás de lo dicho, esa manera tan chilena de cambiar las cosas a través del lenguaje, de fundar y refundar realidades que probablemente nunca llegarán a ser, en y desde, el discurso. O de modificar realidades dramáticas a través del eufemismo agregaría un párrafo más; que refuerce la centralidad del diálogo social, como ejercicio ciudadano político y de participación y la relevancia del mismo (lenguaje) en la búsqueda de una humanidad más consciente, en el camino de buscar una vida de mejor calidad y finalmente la felicidad. (Como camino espiritual).