DE MOTU PROPIO

¡QUE TENGAS UN MUY BUEN DIA EN CUALQUIER OTRO LUGAR!
Al retroceder en la historia descubrimos como nos equivocamos los seres humanos, al recordar el descubrimiento de América por Colon, lo que nos llegó solo fue barbarie y despojo de nuestras riquezas. Unos recibían a un europeo como Colón y otros creían que era Quetxzalcoatl, el dios que regresaba dentro del cuerpo de Cortés.
Por lo demás, a los mismos españoles les pasó algo similar. Creían que habían llegado a la India. Descubriendo que no estaban en el Oriente, sino que el Occidente tenía una amplitud tan inmensa que llegaba hasta allá.
Hoy día pareciera que la geografía ha vuelto a enloquecerse. El Norte y el Sur se mueven, se mezclan y se entrecruzan, El Sur tiene su Norte, con sus oligarquías transnacionalizadas que administran la barata mano de obra. El Este quiere iniciar un viaje hacia el Norte, pero tenemos una cierta premonición de que perderán el rumbo y acabarán en el Sur; África parece haber desaparecido y América Latina súbitamente aparece como un continente en modernización acelerada. Los pobres importan cada vez menos. Nuestro pasado, nuestra cultura, la “fuerza de nuestro atraso” – como dijo García Marqués- se diluye bajo la varilla mágica del neo-liberalismo y el mercado.
Las palabras claves son ahora crecimiento económico, apertura al mercado mundial, reducción del papel económico del Estado, absorción de la inversión extranjera y control de las variables macroeconómicas. La izquierda se mueve a la derecha y ésta se preocupa de los subsidios. El centro quiere ser el todo y, por lo tanto, termina en nada, la geografía se volvió loca.
Sin embargo, la realidad latinoamericana está lejos de adecuarse a la mirada neo-liberal. De acuerdo a la CEPAL, durante la década de los ochenta no sólo no disminuyó el número absoluto de personas que viven bajo la línea de la pobreza, sino que aumentó en cerca de un 30%. Más específicamente, 52 millones de personas nuevas ingresaron al mundo de la pobreza, el cual totalizaba a 164.000.000 de seres humanos. De entre ellos. Los sectores menos capacitados para enfrentar su supervivencia son las mujeres y niños. El crecimiento trae pobreza y mientras los países aumentan sus ingresos, su gente vive peor.
Y el colmo nuestro es la invasión que hemos sufrido con gran número de inmigrantes centroamericanos llegados a nuestro país en busca de trabajo; lo peor es que han entrado en forma ilegal un gran número de hampones, criminales, sicarios, perjudicando a las personas que vienen en busca de nuevas perspectivas de vida al no encontrarlas en su país.
En la Tercera de este domingo aparece una crónica escrita por la investigadora IES JOSEFINA ARAOS, bajo el título de “Mataron a puros niños”, en el que recuerda un poema del francés Péguy, evocando la voz de Dios en sus versos: “Los niños son aún más criaturas mías”, pues no han sido “deshechas por la vida”. En los niños, dice el Dios de Péguy, resplandece como en ningún otro lugar la sobreabundancia de la creación.
Todo asesinato es terrible y no importa más una vida que otra, pero cuando se trata de niños, debiera importarnos más que cualquiera. No porqué otras vidas no valgan, sino porque ellas valen y significan demasiado. Que esos asesinatos ocurran, como pasó en el cuádruple homicidio en Quilicura, muestra que ya traspasamos el punto límite.
Lo peor es que la mayoría de los sicarios ejecutantes son también adolescentes que cumplen la labor de asesinos de las mafias.
A ellos, a los narcos les digo: “¡Que tengan un buen día en cualquier otro lugar!
Pedro Cruz