POLITEIA

No es casual que en todos los países que tienen servicios de policía estos sean, no sólo de presencia, altamente militarizados.
Se tiene información de que ya en la Roma Imperial habían ciertos grupos de ellos que prestaban servicio a privados como una suerte de guardia personal o guardaespaldas y también al Estado en los momentos de grandes aglomeraciones de personas en la vía pública.
Visto así no es peregrino colegir que orden público y policía desde siempre han caminado de la mano.
Y ya fuesen privados o públicos, por el conocimiento en el manejo de las armas, el estado físico, entrenamiento y mayor envergadura física que el ciudadano promedio, todos ellos eran o habían sido soldados del imperio.
Se tiene noticia que los siguientes siglos desde la caída del Imperio Romano en el siglo V DC hasta el fin de la era Humanista, siglo XVI, soldados desmovilizados de las múltiples guerras en suelo europeo sirvieron para señores feudales en múltiples labores de protección de sus castillos, sus villas, pero formalmente no es hasta casi fines del 1.400 que se formó en Castilla, España la primera policía como tal. Para cumplir dos funciones, mantener el orden público e investigar las faltas contra los bienes públicos y privados.
A mediados del siglo XVI la ciudad de Londres contrató vigilantes para cuidar las calles de la ciudad durante la noche. Y…nuevamente se dio que la mayoría de ellos habían sido soldados.
En 1824 se forma en España la primera escuela de policías, de donde se origina la Guardia Civil y la matriz del concepto de policía que llega a las colonias en América.
En todos los países hay una policía uniformada y otra civil. En algunos como un solo cuerpo, donde se pasa de la militar a la civil por una cuestión de méritos, ascenso, es decir carrera funcionaria. Es la escuela europea y norteamericana.
En la América Hispana son dos, paralelas que incluso compiten entre ellas.
En Chile Carabineros y PDI se tienen bronca. Hay un sentir en la Civil que a la uniformada llega el perraje. Que ellos están un par de escalones más arriba.
Aunque se le han ido dando atribuciones investigativas que no tenían y permitieron la formación de un cuerpo especializado de Policía Científica la opinión pública sigue asociando, teniendo en el inconciente colectivo a Carabineros como la policía del orden del público, el que está en la calle.
No hace muchos años vivímos una serie de actos violentos en las principales ciudades del país y ciertamente no vimos a ningún PDI «poniendo el pecho a las balas».
También los vemos co-ayudantes en los temas de orden vial.
Ahora…con el aumento del accionar del crimen organizado el público se queja de la falta de ellos.
Y éste gobierno, cuyos principales ideólogos, Jaime Bassa y Fernando Atria proponían derechamente refundar o al menos desmilitarizar a Carabineros definitivamente no solo ha tenido si no echar pie atrás al menos olvidarse del tema.
Los últimos pasos dados, en un desesperado esfuerzo por poner en la calle más gente operativa, se ha traducido en darles rango de «casi» Carabineros a los guardias municipales que doblan en contingente los 55 milcarabineros.
Ni una medida de largo plazo.
Crear una policía de tránsito, por ejemplo. Una gendarmería de frontera al estilo argentino. Una policía de tribunales que incluya policías especiales para cada fiscal.
Dejar en manos de civiles funciones administrativas y de intendencia y ofrecer un curso rápido a los cabros que cumplido el servicio militar quieran pasarse a la policía uniformada.
Pero no.
El gobierno agachó el moño, no se la puede y le reconoce tácitamente a los ciudadanos que uno de los acuerdos básicos del contrato social firmado entre el pueblo y el gobernante es que sus impuestos mantendría un ejército que los tuviese a salvo de cualquier ataque de vecinos y formaría un cuerpo de guardias para controlar las ofensas a la propiedad privada y el orden público, al menos por ahora, ya no va.

Alejandro Iglesias