Un plato a la vez
Tuvimos que mirar con atención un polvo rosado para darnos cuenta cómo Francisca Crovetto ganaba la medalla de oro en tiro skeet en los Juegos Olímpicos de París 2024, un deporte que no está en el diario vivir de los chilenos.
Fue la medalla número 14 de la historia olímpica chilena y la tercera de oro, tras la lograda por el tenista Nicolás Massú en singles y también en dobles junto a Fernando González, momento que, como recordó, la inspiró para ser deportista.
Además, Francisca Crovetto marcó otro hito relevante: es la primera mujer chilena en obtener medalla de oro en la historia de los Juegos Olímpicos y la segunda en subirse al podio en este tipo de citas, tras la plata de Marlene Ahrens en lanzamiento de la jabalina en Melbourne 1956. Tuvieron que pasar 68 años para que una compatriota lo consiguiera, hecho que lo convierte en un simbolismo.
La carrera de la nueva campeona olímpica tiene una estructura, en muchos aspectos, similar a la de otros medallistas de nuestra historia en la cita de los cinco anillos. Perseverancia en el día a día, talento desarrollado a través de la disciplina, apoyo familiar, confianza sin límites en las propias capacidades y, sobre todo, paciencia.
¿Qué tienen en común la plata del repartidor de diarios Manuel Plaza, el primer medallista olímpico chileno en Ámsterdam 1928 en maratón, con el oro de la estudiante de ingeniería en biotecnología molecular Francisca Crovetto en Paris 2024?
Mucho más de lo que se podría creer, ya que es cosa de revisar la historia de sus vidas. Distintos orígenes, vivencias personales, mayores o menores apoyos y posibilidades económicas, pero todos, sin distinción, reflejan lo mismo en el metal que se colgaron en el cuello.
Crovetto ganó el oro en los Juegos Bolivarianos, Sudamericanos, Panamericanos y ahora Olímpicos, es decir, de menor a mayor, en todas las principales competencias que un deportista chileno puede lograr. Fácil escribirlo, pero lo que hay detrás de esos pedazos de metal dorado, son años de no decaer y estar enfocada en sus objetivos que cuando se cruzan con los sueños logran el virtuosismo en cualquier actividad de la vida. Sabiendo que ir superando etapas y dificultades en el camino es el único método para el éxito.
Meses antes de los Panamericanos sufrió una fractura, pero se recuperó y fue oro en la fiesta que vivimos en Santiago 2023. Y para llegar a la final en estos Juegos Olímpicos, tuvo que sortear un difícil repechaje.
“Un plato a la vez”, dijo tras ganar la medalla de oro, para resumir su estado de paciencia y concentración en la final olímpica.
Además de las imágenes que recordaremos para siempre, Francisca Crovetto dejó una lección para muchos que viven en una sociedad que quiere el éxito al primer atajo, sin caerse, con inmediatez y sin escalas. Esos que quieren romper todos los platos con un solo tiro.
Francisca Crovetto lleva horas asimilando lo que logró, pero lo más probable es que cuando usted esté leyendo esto, ya esté entrenando para el próximo desafío.
Porque para ella siempre aparecerán más platos, pero siempre será uno a la vez.
Ignacio Pérez Director Escuela de Periodismo y Comunicaciones Universidad de Las Américas