Viruela del mono

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado una emergencia de salud pública de interés internacional. Lo anterior debido debido a un nuevo brote del virus Mpox, y su rápida propagación en el este de la República Democrática del Congo, junto con la notificación de brotes en varios países vecinos.
La viruela símica se transmite de animales a humanos mediante contacto directo o indirecto, como mordeduras, rasguños y caza. De persona a persona, se propaga a través del contacto con lesiones infecciosas o fluidos corporales, pero la forma más común de transmisión es, sin lugar a dudas, el contacto físico.
El período de incubación de este virus es de 6 a 13 días después de la exposición, pero puede oscilar incluso entre 5 a 21 días. La segunda fase ocurre de uno a tres días después de que la fiebre desaparece, período donde surge una erupción cutánea. Esta característica se presenta en etapas secuenciales: máculas, pápulas, vesículas, pústulas, umbilicación antes de formar costras y descamación de lesiones durante dos a tres a semanas.
Estas erupciones comienzan en la cara y se extiende hacia las palmas y plantas de manos y pies, pudiendo involucrar mucosas orales, ojos y/o genitales. Cabe destacar que también existen casos con síntomas atípicos, los que se manifiestan con pocas lesiones cutáneas.
Los síntomas generales incluyen dolor de cabeza, muscular, y dentro de los signos encontramos fiebre e inflamación de los ganglios, este último es una característica distintiva de esta enfermedad. Los síntomas y signos de gravedad incluyen dolor ocular, dificultad para tragar y deshidratación, y los grupos vulnerables a formas más intensas de la enfermedad, son los niños menores de ocho años, mujeres embarazadas o lactando, y personas con sistemas inmunitarios debilitados. Se considera que una persona es infecciosa hasta que las lesiones se han curado completamente, es decir, que se hayan formado costras, y que estas, posteriormente, se caigan dando paso a la formación de nueva piel.
Para prevenir la transmisión, es fundamental evitar el contacto cercano con individuos contagiados. Asimismo, los cuidadores deben usar guantes y equipo de protección, y lavarse las manos con frecuencia. Los pacientes deben ser aislados en casa o en centros de salud para evitar la propagación del virus.
En Chile, el Ministerio de Salud ha comenzado a monitorear el Mpox siguiendo las recomendaciones internacionales. Esto incluye alertar a la red de epidemiología, iniciar vigilancia, usar un formulario electrónico para notificar casos y mejorar las capacidades de laboratorio. La prueba indicada para detectar un posible contagio es la PCR, utilizando muestras de lesiones cutáneas.
Desde septiembre de 2022, nuestro país aplica un programa de vacunación para grupos prioritarios, poniendo énfasis en que la vacuna es recomendada para contactos cercanos a casos confirmados, personas inmunosuprimidas y embarazadas, y debe administrarse dentro de los primeros cuatro a catorce días después del contacto. En una etapa final, se sugiere la inoculación en individuos con prácticas sexuales de alto riesgo con indicación de profilaxis preexposición al VIH o con infección por el VIH y personal de laboratorio en contacto con muestras.

Claudia González Académica Facultad de Salud y Ciencias Sociales Universidad de Las Américas