El duro trabajo de las algueras de Caleta de Pichicuy

ELPROA
El Diario de San Antonio

Con libro y cápsulas audiovisuales buscan visibilizar patrimonio inmaterial de pescadores y recolectores de orilla de esta localidad de La Ligua.
Desafiando al frío de la madrugada, generalmente, se internan por los roqueríos, allí donde rugen las olas, para extraer algas con un gancho, tal como aprendieron de sus padres. Luego de acopiar un montón, se cargan los kilos mojados a la espalda hasta la orilla donde los tienden al sol para su secado y posterior venta. Este es el duro y, para muchos, desconocido oficio que realizan hombres y mujeres, de diferentes edades, quienes arriesgan su vida a diario para conseguir su sustento en la Caleta de Pichicuy. Recoger sus saberes y vivencias forma parte del proyecto financiado por el Fondo del Patrimonio Cultural, Convocatoria 2023, del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, con el objetivo de visibilizar los modos de vida de esta comunidad dedicada a la pesca artesanal y a la recolección de algas en esta zona costera de La Ligua.
En pleno desarrollo se encuentra esta iniciativa denominada «La cultura de mar y sus prácticas: Saberes, oficios e historias de pescadores y recolectores de orilla en la Caleta de Pichicuy». Su ejecución está a cargo del equipo de profesionales del Centro Patrimonio Desarrollo (CEPADE), quienes a la fecha ya han entrevistado a más de veinte personas de la localidad. Entre ellas se encuentra Lilian Oyanedel Ibacache, presidenta del Sindicato de Algueras de Pichicuy, organización que agrupa a 46 personas, de las cuales 38 son mujeres, en su mayoría jefas de hogar, las cuales trabajan de igual a igual con los hombres.
“Cuando hay algas uno se levanta temprano, 4 de la mañana, y está acá todo el día en terreno; pero lo más complicado para una alguera, ya que somos la mayoría mujeres acá, es la fuerza que hay que hacer en acarrearlas. Es un trabajo pesado porque todo requiere de fuerza, para sacar las algas, acarrearlas y tenderlas. Eso es lo más complicado de este trabajo”. Por esta razón, la presidenta del Sindicato de Algueras de Pichicuy, expresó que le gustaría que “nos valoraran como mujer trabajadora porque esta es una pega muy masculina, dura, sacrificada, y que nos pagaran a mejor precio las algas”, enfatizó.
Actualmente, las especies de algas pardas que se comercializan son el huiro negro, huiro de palo y canutillo. En cuanto a su modo de extracción, la dirigente explicó que éste no ha cambiado. Se emplea una “tota”, especie de araña de fierro amarrada con una cuerda que se lanza al mar para sacar las algas. Éstas se van juntando y luego se tienden una o dos semanas, dependiendo de si hay sol o está nublado, para su proceso de secado y posterior venta.
El relato de Lilian Oyanedel junto a otras historias de algueras y pescadores de la Caleta de Pichicuy quedarán registrados en un libro de 100 ejemplares que será distribuido a las y los pescadores y recolectoras de orilla participantes, así como a las Oficinas de Turismo, Cultura y Desarrollo Económico de la I. Municipalidad de La Ligua. También, se realizarán 5 cápsulas audiovisuales que serán distribuidas entre la comunidad participante y en establecimientos educacionales.
El proyecto de rescate del patrimonio inmaterial de esta localidad costera cuenta con la colaboración de la I. Municipalidad de La Ligua, el Sindicato de Trabajadores Independientes, Buzos y Pescadores Artesanales de la Caleta Pichicuy y de la Agrupación Ambiental, Cultural y Social de Pichicuy.