¿Somos lo que comemos o somos lo que pensamos?

ELPROA
El Diario de San Antonio

Una gran parte de la sociedad contemporánea se ha inclinado notoriamente por la primera interrogante. Cuidan sus  cuerpos muchas veces de forma exagerada, hacen dietas extremas cercanas al ayuno prolongado, dedican un par de horas diarias al gimnasio para lograr cuerpos estéticamente perfectos y un gran número de estas personas tienen un culto a la delgadez. No crítico los motivos de este culto, son válidos y bien intencionados; modo de vida, salud, autoestima, cultura deportiva, etc.

El alimentarnos correctamente es un hábito necesario; y si lo miramos desde ese punto de vista, inevitablemente: “Somos lo que Comemos». Lo que se traduce en la cantidad de grasa en el  cuerpo y el colesterol, además, de  los niveles de azúcar que tenemos en nuestra sangre.
Pretender tener buena salud, es una conducta sana y lógica del hombre, es un razonamiento humano pensado y concretado en nuestro cerebro; el procurar cuidar nuestra salud basados en dietas y ejercicios demuestran una clara señal del convencimiento que estamos planificando nuestras vidas en forma correcta.
No obstante, pongamos atención a lo siguiente. El cerebro es un maravilloso órgano de nuestro sistema nervioso central, es, el más complejo de nuestro cuerpo humano, es un órgano muchas veces poco ejercitado y cuidado. Este no es un músculo, el no necesita de la fuerza de estos para ser ejercitado, depende exclusivamente de nuestra actitud mental;  todo pensamiento y trabajo mental no necesitan de la  fuerza física, ni el pensamiento ni el espíritu tienen músculos, solo es el deseo y la actitud que tengamos ante el aprendizaje y la adquisición de conocimientos son los que simplemente lo ejercitan y fortalecen.
Lo que pensamos  se manifiesta en nuestras palabras y acciones  de una u otra manera,  esas   palabras son NUESTRO  PENSAMIENTO HABLADO  y nuestras acciones son un producto de las enseñanzas guardadas en la memoria.
     Cuando razonamos, el cerebro reacciona en forma automática desarchivando lo almacenado en la mente, mejor dicho, en nuestro subconsciente, que no discierne correctamente por los malos hábitos impuestos en nuestras mentes. Es por lo mismo, que el ser humano comete innumerables errores en su existencia por esas conductas erradas y equivocadas adquiridas a través de los años. Es el cambio de actitud, es el que puede remediar las malas consecuencias en nuestras vidas. Las dificultades son el producto de la disposición mental ante los obstáculos que nos aparecen  en el diario vivir, nacemos con  mentes puras, dispuestas y absorbentes como una esponja, captamos todo y lo almacenamos, esto de una u otra manera determinará los efectos en nuestras vidas para bien o para mal.
Cambiemos la forma de pensar; razonemos  antes de actuar y hablar; procedamos bien, no discriminemos, cambiemos los hábitos que nos hacen mal o las acciones que  hacen mal a tu prójimo, reza, ríe, se inclusivo y tolerante y empodérate de lo mejor de ti para el bien de los demás, no abuses del poder y la justicia si en tus manos esta, se generoso, amable y humilde, no envidies. Por eso y más, a mi humilde modo de ver: «Somos lo que Pensamos”.
HUBERZZA