Notas NEM y PAES 2024: un sistema que juega con desventaja
La publicación de los resultados de la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) 2024 en Chile ha puesto nuevamente en el escenario una realidad ineludible: la brecha entre los estudiantes de colegios públicos y privados. Este debate no se limita únicamente a los puntajes obtenidos en las distintas pruebas de la PAES, sino también al peso del NEM (Notas de Enseñanza Media), un factor que, aunque busca reconocer el esfuerzo sostenido de los alumnos durante su educación escolar, refleja grandes diferencias según el tipo de establecimiento educacional.
La brecha en las notas NEM es un fenómeno conocido. Los estudiantes de colegios particulares pagados, en promedio, obtienen mejores calificaciones que sus pares de colegios públicos. Esta ventaja no siempre responde a diferencias en las capacidades de los alumnos, sino a factores estructurales que van desde mejores recursos pedagógicos y mayor disponibilidad de materiales de estudio hasta un entorno más estable que facilita el aprendizaje. Además, en algunos casos, se ha señalado la existencia de inflaciones de notas en los colegios, lo que permite a sus estudiantes ingresar con mayores puntajes a carreras de alta demanda.
Por otro lado, los estudiantes de colegios públicos enfrentan múltiples barreras, desde contextos socioeconómicos complejos hasta limitaciones de infraestructura y acceso desigual a tecnologías y recursos pedagógicos. Estos factores influyen negativamente tanto en su rendimiento académico como en las calificaciones finales que obtienen durante la enseñanza media, disminuyendo el peso relativo del NEM en sus puntajes finales de admisión a la educación superior.
El impacto de esta desigualdad en el NEM es evidente cuando se analiza la composición del puntaje ponderado que utilizan las universidades para el proceso de admisión. Los estudiantes de colegios privados suelen beneficiarse de puntajes más altos debido a la combinación de buenos resultados en la PAES y mejores calificaciones NEM. Por el contrario, quienes provienen de colegios públicos, pese a un buen rendimiento en la PAES, ven disminuidas sus posibilidades de acceder a ciertas carreras debido a un NEM más bajo.
Esta realidad genera una sensación de injusticia y limita las oportunidades de movilidad social, pues quienes provienen de contextos más vulnerables enfrentan una doble desventaja: un entorno escolar menos favorecido y un sistema de admisión que no compensa adecuadamente estas diferencias. Si el objetivo de la educación es ser un motor de equidad y movilidad social, se requieren políticas que aborden estas desigualdades estructurales.
Algunas propuestas que podrían considerarse incluyen ajustar el peso del NEM en el puntaje ponderado según el tipo de establecimiento educacional, implementar programas de nivelación más robustos para estudiantes de colegios públicos y aumentar la inversión en infraestructura y calidad de docencia en estos establecimientos. Asimismo, es crucial fomentar una mayor gestión en la asignación de calificaciones en los colegios para evitar posibles distorsiones que influyan en el proceso de admisión a la educación superior.
En definitiva, la educación chilena continúa enfrentando un desafío urgente: cerrar las brechas entre los distintos tipos de establecimientos y asegurar que el mérito, el esfuerzo y el talento de los estudiantes sean los factores determinantes para el acceso a la educación superior. Solo así se podrá avanzar hacia un sistema educativo realmente equitativo, donde todos los jóvenes, independientemente de su origen, tengan la misma oportunidad de construir su futuro.
PhD(c) Christian Acuña-Opazo, académico de la carrera de Ingeniería Civil Industrial de la Universidad Central Región de Coquimbo