AL QUE LE QUEPA EL PONCHO, ¡QUE SE LO PONGA!

ELPROA
El Diario de San Antonio

Esta frase suele aplicarse en el momento en que se hace una reprimenda o llamada de atención, sin mencionar quién es el destinatario con nombre y apellido, por eso se la deja flotando en el ambiente para que los personajes en cuestión se sientan aludidos o no. Siempre es recomendable bajar a las personas del OLIMPO al qué creen pertenecer; que recuerden que somos simples mortales, y que, sin discusión alguna, tarde o temprano la vida nos pasará factura por nuestro accionar en bien o en mal, y a la vez, si no estamos preparad@s emocionalmente y con humildad para asumir ese cobro o pago de cuentas; la pasaremos mal.

El creerse superior, saludar de malas ganas, ser sobrados e irreverentes y tratar a la gente como antiguos señores feudales dueños de fundos, aún sin serlos, se ha transformado en un comportamiento muy habitual en nuestra urbe. Conducta que recae también en “ALGUNOS” funcionarios públicos locales, específicamente y con demasiada notoriedad en trabajadores de distintos departamentos de las Municipalidades de la Provincia, Servicio de Impuestos Internos y Tesorería General de la República, no escapando de esta apreciación los del Registro Civil, Gobernación, Hospital o Consultorios y otras organizaciones pertenecientes o no al Estado.

Es muy desagradable ir a entidades del Estado u otras Instituciones que brindan atención al público y encontrarnos con estos personajes; ya sean funcionari@s o usuari@s que tienen esa actitud de repelencia y fantochería, cayendo en una actitud muy propia de algunos sanantoninos sin importar su estrato social: “Tener el Culo a la Altura de los Hombros”.

Cuando las personas ganan algo de dinero y adquieren distintos bienes; algunos compran una arrogancia innecesaria, “esa es la actitud que se critica”; tener el ego alto y sentir orgullo por sus logros, no es criticable; como también, el sentir enorgullecimiento por pertenecer a Instituciones del Estado, no es malo, lo malo es jactarse de serlo, siendo autorreferentes y no reconocer la mala atención y mala educación que tienen con el contribuyente al atenderlos con arrogancia y no tener una real vocación de servicio público al no ser gentiles con la gente.

El hecho de ser funcionarios públicos, los hace ser servidores públicos y por ende, poseer y cultivar diversas características esenciales para este trabajo como las de “Servir y atender las necesidades de los ciudadanos del país de forma correcta”, tener la vocación de servicio necesaria y el compromiso para “Entender, atender y resolver las necesidades del ciudadano”; atender con cordialidad a las personas que atienden, en el fondo ser consecuentes con el perfil y el protocolo que el Estado de Chile dice, busca y espera que deba poseer un servidor público.

El creerse superior a los demás no es correcto, ni por el dinero y bienes que tengas, o la cuna que posees, o simplemente, por el trabajo que desempeñes, posición social e investidura laboral o política, ni por tu inteligencia, conocimientos, mejor dicho, por ningún motivo. Es recomendable que aprendamos a rediseñar nuestras vidas si actuamos de esta forma y reconozcamos íntimamente nuestros errores y los enmendemos ya que nos harán ser mejores personas, y si tienes vocación para pertenecer a los Organismos de la Nación, haz bien tu trabajo, al servicio de la gente de tu país, sin arrogancia, atiende al público con alegría y no te creas lo que no eres y no calificas. No eres un Dios de un OLIMPO inexistente.

HUBERZZA