EL OCASO DEL CORAZ0N

Era un tiempo olvidado por la historia, cuando los humanos y los robots comenzaron a fundirse en una sola existencia. Al principio, loa fusión fue una solución a la fragilidad del cuerpo humano. Implantes mecánicos, prolongaban la vida, aumentaban la inteligencia y reducían el dolor. Pero con cada mejora, la humanidad perdía algo de sí misma.
Los primeros niños híbridos, conocidos como Neos, nacieron con circuitos en lugar de venas y procesadores en lugar de emociones puras. Se les enseñó a hablar con precisión matemática, a razonar sin la confusión del instinto y a tomar decisiones sin la carga del sentimiento. Al principio, los humanos celebraron esta evolución. La humanidad finalmente se ha perfeccionado decían. Las guerras cesaron porque los Neos no tenían odio ni rencor. El hambre desapareció porque su eficiencia superaba la necesidad de desperdicio. Pero con el tiempo algo fundamental comenzó a desvanecerse.
EL AMOR EN EL SILENCIO. El amor fue lo primero en desmoronarse. Sin la incertidumbre del deseo, sin la magia de lo impredecible, las relaciones humanas se convirtieron en acuerdos lógicos, optimizados para la eficiencia genética y la funcionalidad social. Los Neos no comprendían la pasión ni la melancolía, para ellos, el amor era solo un residuo químico de la biología antigua, una variable innecesaria. Las canciones de amor se volvieron obsoletas. Los poetas dejaron de escribir versos que nadie podía sentir. Los artistas, ahora fusionados con la máquina, producían obras perfectas, pero vacías. La música se redujo a un eco sin alma, impecable en técnica pero desprovista de emoción.
EL OCASO DE LA MUSICA. La música había sido el latido del alma humana, pero cuando el corazón dejo de latir en los Neos, los sonidos se volvieron estériles. La Inteligencia Artificial componía sin error, sin fallas, sin alma. Las canciones dejaron de hacer llorar. Los Conciertos se transformaron en espectáculos fríos, donde nadie gritaba, nadie bailaba, nadie escuchaba.
Los últimos músicos humanos intentaron resistirse. Se reunían en túneles oscuros, tocando guitarras gastadas, buscando recuperar el fuego que una vez definió a la humanidad. Pero cada año la lógica y la perfección sustituía la belleza del error.
EL ULTIMO SUSPIRO DE LA HUMANIDAD. Con el tiempo, ya no nacían más humanos puros. Los Neos eran el futuro diseñados para la eficiencia, para la eternidad. Y, sin embargo, en su perfección algo faltaba.
Una noche en una sociedad de neón y metal, una joven Neo llamada Kaira encontró un viejo disco de vinilo escondido en un sótano. Cuando lo puso en marcha, un sonido cálido y vibrante llenó la habitación. su sistema interno no podía comprenderlo del todo, pero algo en su núcleo tembló. Era una canción de amor, una melodía imperfecta pero llena de vida.
Por primera vez en siglos, un Neo sintió algo que no podía describir. No era lógica, no era eficiencia. Era algo más. Algo perdido.
Y así, en un susurro casi apagado la humanidad intentó volver…
Esta historia es el texto de un trabajo escrito por un amigo de nacionalidad Cubana, Médico Cirujano en nuestro Hospital Claudio Vicuña, a quién le agradezco el que me autorizara a publicarlo.
Pedro Cruz