Ojo con los peces grandes: El pez muere por la boca

Hay algunos refranes que son la pura y santa verdad. Una es, “El pez más grande se come al pez más chico”, nos guste o no, es la realidad en todo orden de cosas. Los grandes consorcios económicos aniquilan al pequeño comerciante, es la ley del más fuerte, del más poderoso, que desplaza y somete al ciudadano común con sus normas e imposiciones. Al menos, esa es la apreciación que se tiene en un gran porcentaje de electorado chileno.
Una parte significativa de la clase política y algunos empresarios de nuestro país se han coludido en el pasado para cuidar sus intereses, desde que tengo memoria política siempre ha sido así y espero en fe que algún día esto cambie. Esta, es una conducta delictiva; la unión que los aludidos forman para cuidar sus intereses a como dé lugar en el pasado trajo malos resultados sociales; ejemplos hay varios; y nosotros, observamos y acatamos; simplemente obedecemos a este sistema imperfecto muchas veces amparado por los Poderes del Estado.
Casos hay muchos para ejemplificar este argumento de protección entre ellos. Un trío se me vienen a la memoria: “La rapidez con la que siempre se han incrementado sus sueldazos los señores parlamentarios versus los inconvenientes que buscan para aumentar el sueldo mínimo del trabajador chileno o mejorar el sistema de pensiones”. Otro, “La colusión del papel higiénico que inspiro en su tiempo un debate público ente ellos, burlándose de todos los chilenos con el reembolso de los dineros indemnizatorios” y “La colusión de las farmacias que nos hacían pagar cifras sus antojos por los medicamentos”. Estos tres ejemplos son mínimas demostraciones del abuso de estos segmentos chilenos a través de nuestra historia nacional.
Que tenemos memoria de pez y que hay muchos peces en el mar, está claro. También que el pez más grande se come al pez más chico, es una de las leyes del mundo que no cambiara; sin embargo, hay que tener presente que en este mundo de peces y el mundo real “El pez muere por la boca” y mientras más grande es el pez, más grande tiene la boca.
Si nos proyectáramos en analizar estos refranes nos faltaría crónica, pero inevitablemente las enfoco a las últimas declaraciones de tod@s l@s postulantes a la Presidencia de la República. Estas palabras decretadas por l@s candidat@s a llevar la piocha de O’Higgins han sido serenas hasta el momento; ya que, están preparando sus campañas internas y esperan ser elegidos por sus respectivos conglomerados políticos. Las promesas electorales que esparramaran a la ciudadanía vendrán después. Esa grandilocuencia y ofertón populista que se avecina son algunas de las razones por las que una parte del electorado dice sarcásticamente que hacen lo mismo que un pez; o sea, “NADA” cuando llegan al poder. La gran mayoría de la clase trabajadora nos sentimos defraudados y decepcionados de lo que han hecho con la política; han caído en promesas y discursos bonitos, hablan demasiado y concretan poco, se han transformado en charlatanes con título; “Los honorables cuenta cuentos de la República de Chile”, y no es raro que gran parte de la sociedad chilena tenga esa apreciación de ustedes; han alejado a la gente de las urnas por su discurso incumplido “El pez muere por la boca”. Solucionen los problemas y no se excusen ya que “Huyendo del sartén, cayó en las brasas el pez”. Ustedes la clase política chilena en general han hecho las cosas mal en el pasado, únanse para el bien de su pueblo y recuerden la boca del pez.
HUBERZZA