Un sabroso problema con buenas ganancias políticas

Hoy en día existe un amplio y vasto menú de carencias sociales y deudas que el Estado de Chile tiene con gran parte de sus habitantes siendo una de ellas: “La falta de seguridad que en estos tiempos hay en el país con respecto a la delincuencia”.Los señores políticos con sus oratorias envolventes nos han puesto sobre la mesa esta gran carencia, dando diversos tipos de soluciones a este problema. En esta época electoral que se avecina nos encontramos con un contundente ofertón de soluciones para que degustemos y nos engolosinemos con sus recetas en este asunto en cuestión.
Hemos escuchado de todo, en una especie de carta gastronómica muy tentadora; empezando con unos aperitivos muy sabrosos, como por ejemplo, la de José Antonio Kast con su tentador discurso de que Chile necesita un cambio radical y urgente para recuperar su libertad y seguridad; argumentando que Chile está al borde del abismo en esta materia, además aliñando el sazón de su ofrecimiento llamando a recuperar las instituciones y restablecer el estado de derecho mencionando que: “La libertad no puede existir sin orden y seguridad en cada rincón del país”.
Entramos de lleno al menú; obviamente con todos los matices de estos platos de fondo, con sus sabores que condimentan este ofrecimiento en seguridad propiamente tal; como la tentadora propuesta de Evelyn Matthei de dar más atribuciones a los Agentes del Estado y empoderar más al personal de seguridad municipal en el combate a la delincuencia en sus respectivas comunas, a la vez, propone modernizar el sistema de Seguridad Nacional, reforzar Gendarmería ampliando el sistema penitenciario y aumentar más el control fronterizo a cargo de las fuerzas armadas. Por otro lado la candidata del oficialismo Carolina Tohá condimenta su candidatura con un discurso también sazonado con aliños a la chilena para combatir la delincuencia y el ingreso ilegal al país; argumentando que aparte de las 68 leyes aprobadas por el Parlamento de la Nación bajo su gestión; propone incrementar más los recursos a las instituciones relacionadas con la seguridad y fortalecer a la vez la vigilancia comunitaria llevando a empoderar a la ciudadanía en el resguardo de sus barrios.
Dejando para el final una serie de bajativos con temas éticos y morales de sobremesa, en boca de los candidatos mencionados o no acá; como el aumento de la delincuencia producto de la migración de extranjeros y el empoderamiento del narcotráfico con todas sus falanges dañinas y destructivas en la sociedad chilena, más, la preocupante corrupción de algunos funcionarios del Poder Judicial, Carabineros, PDI y Gendarmería. Los que salgan electos en estas primarias en el venidero mes de junio y a posterior los que resulten elegidos como candidatos a la Presidencia de la Nación el 16 de noviembre, o en una supuesta segunda vuelta el 14 de diciembre; tienen la obligación de corregir y sobre todo, solucionar este grave flagelo, que para algunos es solo un problema de mala organización gubernamental y para otros; lo que sucede hoy en el país es el principio de una muerte anunciada del otrora Estado chileno. Todos los candidatos a la presidencia de la Nación en estos días, están basando sus candidaturas en esta especie de carta gastronómica con soluciones tentadoras a este “Sabroso problema con buenas ganancias políticas”. Ojo con los indignados de este país, que de sabrosa solución puede pasar a una desabrida realización. HUBERZZA.