Interno de Limache se dedica a restaurar taca tacas
Empresarios turísticos o particulares pueden acercarse a la unidad para solicitar que se los reparen.
A mediados del mes de enero el alcalde de Olmué, Jorge Jil, realizó una donación de artículos deportivos para la población penal del Centro de Detención Preventiva de Limache. En dicha ocasión el alcaide de la unidad penal, mayor Víctor Briceño, recibió, entre otros artículos, dos taca tacas.
Ya en el establecimiento penitenciario, el mayor habló con Juan Leiva-interno integrante del taller laboral de la unidad y que trabaja en la confección de muebles y otros artículos de madera- para solicitarle la restauración de ambos artículos. Antes de comenzar a cumplir su condena, el hombre de 58 años se desempeñaba en el rubro de la construcción y había reparado algunos de estos juegos, por lo que de inmediato aceptó el desafío de repararlos.
“Reparaba de repente en la casa. Cambiarle la cubierta porque, de repente, venían sueltos, arreglar las patas que se quebraban. Eso lo hacía en la casa. Estos dos taca tacas se van a hacer casi nuevos, porque la plataforma no servía, entonces tuvimos que comprar la plancha y el material para repararlo. Los puros jugadores se mantuvieron. Los jugadores se pintaron y se lijaron”, sostuvo el privado de libertad.
El trabajo y dedicación por Leiva fue destacado por el jefe de la unidad penal limachina.
“Si usted ve los trabajos quedaron en excelentes condiciones y, además de eso, hay un cariño especial por parte de ellos al momento de la restauración ya que son para ellos mismos. La verdad es que el trabajo es de bastante calidad y muy bueno”.
Tomando en cuenta que Limache y Olmué son comunas turísticas, el mayor Briceño los invitó a acercarse a la unidad penal y traer sus taca tacas u otros artículos que puedan ser refaccionados.
“Sin lugar a dudas, sería muy bueno que cualquier club de campo o particular que tuviera la intención de restaurar este tipo de juegos de entretención los trajera para acá y acá darle trabajo a los internos”.
En la actualidad los flamantes taca tacas son ocupados y cuidados por la misma población penal, tanto por imputados como condenados.