No sustituya el rol docente. apoye el aprendizaje de sus hijos/as

La búsqueda del bienestar de hijos e hijas en distintas dimensiones de la vida no debiera implicar una presión adicional, especialmente cuando se trata de sus tareas escolares y de su aprendizaje en general, pero sin asumir el rol que cumplen los profesores/as en la escuela.

Esto no sólo por la confusión de roles que pudiera generar, sino porque muchas veces, si bien madres y padres pueden tener un nivel educativo superior, no necesariamente cuentan con las herramientas pedagógicas necesarias, para enseñar a niños y niñas. Si a esto sumamos que madres y padres, de forma natural desean que a sus hijos/as les vaya bien y depositan en ellos/as altas expectativas de éxito, transformar la casa en escuela, puede resultar agotador y sumamente frustrante para todos/as

De hecho, el cumplimiento de muchas funciones propias de la crianza y no pueden sobrecargar aún más sus roles parentales y en el caso de los niños/as, estos pueden sentirse sobre exigidos e incluso cuestionar sus capacidades si no pueden responder a las expectativas de sus padres, lo que sin duda podría afectar su autoconcepto y autoestima

Por eso, es importante favorecer su autonomía y responsabilidad, incentivando que gestione sus tiempos en la escuela para que en casa tenga también tiempo de desarrollar otras actividades de su interés. Esto de algún modo favorece que no se mezclen los roles o escenarios y en casa, solo reforcemos o apoyemos ciertas tareas o actividades que requieran nuestro apoyo.

Lo importante es que tengan tiempo de vivir todo aquello que conocemos como parte de la infancia. Estamos muy centrados en que estudien, obtengan buenas notas, asistan a múltiples talleres para desarrollar todas las habilidades posibles, pero ¿en qué momento disfrutan?, ¿juegan?, ¿exploran? Éstas no son solo actividades placenteras, son actividades necesarias para el desarrollo y las hemos desplazado a un segundo plano.
Como adultos responsables del cuidado de otros/as, tenemos que impulsar la organización del tiempo, para que el día de mañana si bien logren cumplir lo que se propongan, también sepan establecer límites saludables sin naturalizar el estrés.
Para ello sugiero que las tareas escolares tengan un tiempo delimitado, que madres y padres asuman un rol de apoyo y supervisión y que se vaya ajustando a las necesidades según la edad, que las exigencias vayan también cambiando según la etapa evolutiva, que siempre se destine tiempo al ocio. Si bien, es favorable potenciarlas habilidades de hijos e hijas,inscribirlos en muchos talleres y ocupar todos los días con actividades extraescolares, no es recomendable, pues si bien son fuera del horario escolar, son actividades estructuradas que demandan compromiso y responsabilidad.

Consuelo Novoa
Académica de la Facultad de Psicología.
Universidad San Sebastián.