Chaméni Psychi
No tengo dudas que el presidente Boric, para poder sacar adelante su programa de gobierno, necesita urgentemente una nueva Constitución.
Lo declarado por éste; no importa si es una obra de arte o un imbuche. Y aunque fuera esto último, será mejor «que la escrita por cuatro generales» lo que por cierto vale sólo como metáfora porque es sabido que en la Comisión Ortuzar, que no fue su redactora pero si quien la revisa estuvo compuesta sólo por civiles; Enrique Ortuzar, que la presidió y por eso el nombre, Rafael Eyzaguirre, Jaime Guzman, Alejandro Silva, Jorge Ovalle, Alicia Romo, Enrique Evans, Sergio Diez, Gustavo Lorca, Luz Bulnes, Juan de Dios Carmona y Raúl Bertelsen.
Y mientras más pronto mejor. Con el plazo establecido los ciudadanos estamos convocados para el cuatro de septiembre a; rechazar o aceptar lo que la Comisión Constitucional nos proponga.
Por ello es que los Constituyentes de izquierda, especialmente del Frente Amplio y el Partido Comunista se han negado a toda posibilidad de extender el plazo.
De hecho ya le dieron un coscorrón al diputado del Partido Liberal Vlado Mirosevic por querer enviar un proyecto de ley para darles tres meses más porque… y no es un secreto, aseguró que al interior del ex congreso están trabajando a «la mata’e caballo» lo que le preocupa mucho porque teme terminen echándole «con l’olla» con tal de cumplir con los plazos. Y hay los que creen que no anda muy perdido.
Las encuestas le quitan el sueño al gobierno.
Según ellas el presidente Boric semana a semana baja en aprobación mientras sube el rechazo.
Y es evidente que su suerte está directamente relacionada con la CC que también viene bajando.
Las menos identificadas con la derecha afirman que estamos divididos en un tercio que vota si otro tercio que vota no y el último que aún no se han decidido.
Es a ese tercio al que los ministros políticos les están dedicando toda su atención. Saben que son dos los flancos especialmente riesgosos. La propiedad de los fondos provisionales y el que no pocos parecen entender como un Chile fraccionado en varios países, con un sistema judicial/penal propio y una suerte de autonomía que redundará en que tendremos varios TEMOKUIKUI dentro de nuestros límites históricos.
Y…a mi juicio…se agrega un tercer factor…generacional. Si hay algo que a los viejos nos altera, angustia, es la incerteza…y ese afán refundacional de las izquierdas dentro de la CC tiene un evidente parecido con el cambio de domicilio y es sabido que, después de la muerte de un ser es el cambio de casa el hecho más estresante.
Se van acercando peligrosamente a la votación dura que obtuvo en la primera vuelta.
Sabe que ese casi 30% de votos más entre la Primera y Segunda vuelta son prestados.
Que ahí hay votos Socialistas, Radical, PPD y Democrata cristinos, por poco que sean y mucho independiente que no votó por Boric sino que contra Kast. Tal como ocurriera con Omar Verá. El ganó la alcaldía por el voto-castigo a Lucía Menares.
El hecho de que haya declarado que el gobierno se está abriendo al hasta no hace mucho, impensado escenario de perder el Apruebo dice a las claras que «algo huele mal en Dinamarca». Y él no podrá disolverse en lágrimas como quería el Príncipe Hamlet.
«Si gana el rechazo reflotar el proyecto de nueva constitución de Bachelet no sería suficiente».
Así que, realista él cree que deben ponerse en todos los escenarios «aunque sean los más improbables».
Tiene muy claro que no es lo mismo gobernar con una Constitución que no esté en consonancia con su afán de refundar Chile.
Lo reconoció al decir: «No basta con una agenda de derechos porque para que ésta exista tiene que haber un modelo de sociedad que permita que sus derechos existan en términos, no solamente la declaración».
Y a mayor abundamiento en otra entrevista aseguró que «los cambios tienen que ser estructurales (…) no pueden ser sencillamente maquillaje».
Cada vez le encuentro más la razón a la Senadora Rincón; «Va a sufrir».
Alejandro Iglesias