Productora de topinambur de Casablanca, apicultor de Cuncumén y artesano de Los Andes reciben distinción de Indap
Desde hace unos cinco años la agricultora Blanca Fuenzalida, del sector Las Dichas en la comuna de Casablanca, se dedica a la producción de topinambur, undesconocido tubérculo de origen prehispánico que cada día suma más adeptos por ser rico en propiedades nutricionales y medicinales.
Atributos que hicieron que esta usuaria del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) se empeñara en este cultivo ancestral que produce agroecológicamente y que ahora convierte en exquisitas preparaciones, tales como: topinambur en escabeche, topinambur salteado en romero, así como también queques, galletas, snack, harina, café y mermelada de topinambur, aparte del producto sin procesar que también vende a sus clientes.
Además del topinambur esta agricultora produce una variedad de más de 30 tipos de mermeladas, entre las que destaca las picantes, que ella misma reconoce,“son las que tienen mejor salida entre los clientes”, como las de frutilla merkén, cherry merkén, cebollas caramelizadas al vino y otras mezclas como ciruela con vino y jengibre, entre otras.
Todas las preparaciones cuentan con resolución sanitaria, ya que son producidas en la Cocina Comunitaria de Casablanca, y posteriormente comercializadas a restoranes de Viña del Mar y Valparaíso (donde entrega el producto a pedido) así como en ferias agrícolas locales.
Hace pocos días INDAP le entregó a Blanca Fuenzalida el Sello Manos Campesinas, distinción que se realiza a productos, de usuarios INDAP, que resaltan en los diferentes mercados y que, por otro lado, dan certeza al consumidor de un producto de origen campesino, elaborado con un proceso artesanal, que es un aporte al desarrollo local y que es sano, es decir, que cumple con exigencias sanitarias y no usa preservantes o colorantes.
“Casi todos los productos que hago son de mi tierra, entonces para mí es un honor tener este sello y poder ponerlo en mis productos, me permite darles mayor garantía a mis clientes de que este es un producto del campo producido con calidad y con todo el cariño”, dijo la agricultora Blanca Fuenzalida.
APICULTOR DE CUNCUMÉN
Otro de los usuarios que por estos días recibió el Sello Manos Campesinas de INDAP es el apicultor Juan Francisco Delgado, de la localidad de Cuncumén en la provincia de San Antonio. Actualmente posee más de 300 colmenas de las que, además de la producción de miel, obtiene sub productos como polen, propóleo, arrope y cosméticos a base de miel.
A través del programa Prodesal se inició en este rubro y posteriormente ingresó al Programa de Asesorías Técnicas, SAT apícola, de INDAP que le ha permitido acceder a asesoría especializada, recibir apoyo para implementar su sala de cosecha, obtener la resolución sanitaria e incrementar su apiario.
“Este sello es súper importante para nuestro emprendimiento, porque les da otro valor a nuestros productos y es una distinción que nos pone muy contentos, sobre todo ahora que con estas últimas lluvias sabemos que la temporada será muy buena”, expresó Delgado.
ARTESANO
En los Andes, el artesano en madera reciclada Patricio Muñoz, usuario del Programa de Asesorías Técnicas (SAT de turismo y artesanía) también recibió el Sello Manos Campesinas por su destacado oficio en madera rústica reciclada de leños, ramas y troncos de diversas especies, que este emprendedor convierte en hermosas y únicas obras talladas.
Entre las piezas destacan fruteras, ensaladeras, morteros, jarrones, copas, vasos y platos, pero también ha logrado rescatar en sus trabajos muestras de antiguas culturas que habitaron el Valle de Aconcagua, como la mapuche y la diaguita, además de trabajo a pedido como tótems y otros productos.