En nombre de Carlos V aquí planto ésta bandera
Dice la historia que fue la primera frase pronunciada en español en nuestro continente cuando el Pendonero que, saltando desde el bote que traía a Cristobal Colón a la playa al desembarcar en la isla Guanahany (hoy El Salvador), enterró en la arena el Pendón con los símbolos de Castilla y Aragón Eso fue en 1492.
Un «descubrimiento por error» puesto que los hispanos, cuentan las bitácoras de la época, buscaban una ruta maritima hacia las Indias. Momento que hoy día, visto con el prima del PAN INDIGENISMO, se la considera como el inicio del holocausto de los indígenas que habitaban el continente.
No existen registros escritos para poder dar una cifra cierta de cuantos habitantes habían en nuestro continente. Sin embargo estudiosos concuerdan en una cifra. Unos 60 millones de indígenas. Para que nos hagamos una idea en Europa para esa misma época la población se calcula era de 88 millones. Esos 60 millones se habían reducido para el siglo XVII a 56 millones siendo las enfermedades (sarampión, viruela, gripe y peste bubonica) las responsables principales y no en el campo de batalla como les gusta suponer a algunos.
Solo la Segunda Guerra Mundial, con 80 millones supera la mortandad de indígenas ahora conocidos como precolombinos.
A todos (supongo) debe habernos sorprendido que primero tímidamente y luego con total desenfado la bandera mapuche (que dicho sea de paso es un invento de nuevo cuño y que fue adoptada por estos desde 1992) se enarbolara durante la asonada callejera (popular dirán otros) del 2019. De hecho, entre las muchas fotos que circulan de la estatua de Baquedano tomada por los manifestantes la más conocida es una donde esta bandera (que en rigor es del Consejo de Todas las Tierras) aparece por sobre la cabeza del soldado.
En rigor creo que no pocos nos preguntamos a pito de qué el emblema mapuche se había vuelto elemento decorativo imperdible de toda manifestación. Sobre todo porque existe la extendida creencia que los mapuches no se sienten chilenos sino más bien somos detestados por ellos.. Nos denominan winkas, que significa ladrón, asaltante, usurpador.
Y si para algunos podía parecer la reiterada y numerosa presencia del símbolo una cuestión folclórica en realidad era la manifestación más palpable, evidente de un movimiento pan indigenista muy antiguo en nuestra América que va tras devolver a los indígenas aquello que los conquistadores primero y sus descendientes luego les arrebataron.
Los primeros síntomas de este postulado se manifestaron en el Agriarismo de la Revolución Mexicana
de 1910 que luego derivó hacia el indigenismo político como una valoración de lo indio. Ir al rescate de sus derechos, la reivindicación de sus valores culturales. Nada muy distinto de lo que hoy escuchamos en nuestro país.
El fenómeno llegó a la Sudamérica de la mano de escritores y ensayista como Arguedas, de la Torre, Icaza con un tono de crítica social. Pero fueron principalmente los peruanos Valcarcel y Mariategui junto al ecuatoriano Aguire los que los que trasladaron el ideario indigenista hacia las ideas Socialistas de Marx.
Ellos reemplazaron en la fantasia marxista al indio en reemplazo del proletariado.
Convirtieron al indio en el redentor que Marx le había confiado a la clase trabajadora.
Así las cosas, el indigenismo pasó de ser un movimiento de demanda y recuperación a tomar un rol protagónico del cambio de una sociedad diseñada por los blancos y en su beneficio.
Esta nueva perspectiva esa visión romántica de los primeros indigenistas con temas como las lenguas ancestrales, el arte, la religión, las costumbres, el folclore y el paisaje indio, todo eso que a los sociólogos New age gustan llamar Cosmovisión Ancestral quedó en un segundo plano y ahora la aspiración era a un desenvolvimiento separado y autónomo de su raza, el autogobierno de sus territorios y la autogestión de sus intereses tal como es propuesto por el proyecto de nueva constitución.
A ello viene aparejado…como una etapa final, a la marginación de blancos y mestizos, resistencia a obrar a través de partidos políticos aunque sean de izquierda y acojan la causa indigenista, lo que explica porque el líder de la CAM, Hector Llaitul «no pesca ni en bajada» al actual gobierno y porque Temocuicui se ha convertido…de hecho…en un territorio autonomo.
Buscan artícular un movimiento pan indigenista capaz de sumar a grupos más allá de las fronteras nacionales abarcando a Ecuador, Perú, Bolivia Chile y Argentina
Por ello es funcional a esta idea que Chile sea declarado un país Plurinacional como ya lo son Ecuador y Bolivia sueño que dejó plasmado en los años 20 el ensayista marxista Valcarcel y hoy recogido y remozado por el ideologo del pan indigenismo, el boliviano Alvaro Garcia Linera, un reconocido político e ideologo marxista cuyos libros, muchos, pero en especial «La Potencia Plebeya» nuestro pPresidente ha reconocido tenerlo como de consulta permanente y en su velador.
El panindigenismo romántico…ese la Pachamama, la música andina, de la trutruca y el kulttrun, el trapelonko y la trapelacucha y las ceremonias al dios sol tan propios de nuestras élites intectuales e ingenuas quedó atrás hace un tiempo…y parecen no haberse dado cuenta.
Alejandro Iglesias