Del Retiro a la Pobreza

Visto los hechos resulta un sarcasmo enterarnos que la palabra JUBILACIÓN tiene su origen en el vocablo latino JUBILARE. Es decir…júbilo, alegría, contento.
Sin embargo tanto la misma y su sentido viene de los hebreos, que llamaban HAYYOBEL, a la celebración del día del ciervo o la cabrá, cada cincuenta años edad que ellos estimaban como la del momento de jubilarse.
La RAE define JUBILACIÓN como la «pensión vitalicia en recompensa por los servicios prestados».
Hoy está más que claro que no es una recompensa.
En 1980 los chilenos nos enteramos que se terminaban las Cajas de Previsión y que dos años después empezarían a funcionar en gloria y majestad las ADMINISTRADORAS DE FONDOS DE PENSIONES.
Las dos diferencias que al trabajador común y silvestre encantaron fueron que dejábamos de imponer a una cuenta común o de reparto como lo conocemos hoy y nuestro aporte sería en una cuenta personal y que en el monto descontable bajaba del 29% más o menos (según cada Caja) a un 10% parejo lo que se traduciría en un instantáneo aumento del sueldo líquido.
Los que veníamos del sistema antiguo tendríamos dos años para decidir si seguíamos en el sistema antiguo o nos cambiábamos a alguna de las muchas AFPs que hubo en los inicios del nuevo. Los que empezaran su vida laboral en 1982 debían imponer obligatoriamente en alguna de ellas.
Aunque bajo la óptica del Chile provinciano de aquellos tiempo el sistema creado por José Piñera parecía «que bruto de original» en rigor era una copia del sistema yanky…eso sí que con una gran diferencia. En USA el ahorro previsional es voluntario salvo…por lo que sé, para las FFAA y la policía.
Pero…porque siempre hay un pero…las Cajas, por ejemplo, prestaban plata, desde monto pequeños hasta hipotecarios.
Y…por cierto…y de eso nos vinimos a dar cuenta cuando empezaron a pagarse las primeras pensiones del nuevo sistema…los monto eran sustancialmente menores a los que pagaban las Cajas. De la forma más cruel nos dimos cuenta que eso de que estas pagarían montos muy similares al sueldo en actividad había sido… un mal cálculo, un exceso de entusiasmo o derechamente una mentira.
Entonces…¿cambiar el sistema para joder a los viejos?
No. Es que cuando se iniciaron las Cajas, que llegaron a ser más de cincuenta, cada cual con sus propias normas, montos desmontables, años de servicio y bonificaciones en años laborales por trabajo en ambiente tóxico…por ejemplo. O nocturno. Mi Caja, EEPP y PERIODISTAS abonaba 5 años por cada 10 trabajados de noche. Por eso pude jubilar a los 47 de edad con 30 años de servicio.
Bueno. Decía que al inicio de las Cajas la proporción era de 22,5 trabajador activo por un pasivo. Así que se podría decir que les sobraba el dinero. Para mediados de los 70. A poco del golpe la proporción era diez veces menor. 2,5 activo por un pasivo. Varias Cajas habían desaparecido reduciéndose a una veintena y estas…para poder seguir pagando las jubilaciones debieron recurrir al fisco.
Y el gobierno de facto no estaba dispuesto a seguir financiando ese barril sin fondo.
Entonces las AFPs, con las que mataron dos pájaros de un tiro. El aporte fiscal se redujo a cero y el empresariado chileno…gran sostén del régimen…tuvo una forma muy barata de acceder a dinero frescos.
En aquellos años Chile vivía un bloqueo comercial internacional. Los grandes bancos negaban aportes a los privados. Y vienen las AFP que se convierten en sus principales financista al invertir un porcentaje no menor de los dineros recaudados mes a mes desde los sueldos de los trabajadores (porque los empleadores dejaron de aportar) en acciones de empresas chilenas que así tuvieron dinero en billetes para hacer buenos negocios entre los cuales hay que incorporar todas las magníficas y rentables empresas del Estado que este vendió a los empresarios porque había que desmantelar todo lo hecho por Allende en términos de economía.
Triquiñuelas para fastidiar a los pensionados…dos principales. Uno, que las pérdidas de las AFPs pasaron a ser de cargo de los cotizantes. Dos; establecer CIENTO QUINCE AÑOS como la sobrevivencia del chileno medio como referente para calcular la mensualidad a pagar.
Un sistema que se deslegitimó hace mucho. Con utilidades, salidas de las comisiones que cada imponente paga mes a mes y luciendo multimillonarias utilidades que podrán ser legales pero vistas como una bofetada…un insulto de nuestros jubilados.
Creo que las ADMINISTRADORAS DE FONDOS DE PENSIÓN se tienen merecida largamente su desaparición o, en el mejor de los casos, la reconvención a simples compañías de seguros.
Veremos que pasa en el Congreso y que «tan poderoso es Don Dinero» defendiendo sus intereses.

Alejandro Iglesias