Empatía: la clave en contra de la violencia

La violencia se refiere a los actos que dañan a otras personas. Se trata de un problema social y de salud pública que involucra daños físicos, psicológicos y materiales de gran magnitud. Entre las personas puede expresarse en formas y contextos diversos, tales como la violencia intrafamiliar, escolar, en el transporte público y en la ciudad en general, formando parte de un discurso y mecanismo de acción social cada vez más normalizado. En nuestro país, es una temática que ocupa un espacio predominante en los medios y que diariamente invade nuestras vidas cotidianas.
El problema es que, habitualmente, analizamos la violencia considerando sus causas, lo que nos lleva inevitablemente a su justificación. El académico y filósofo francés, Marc Crépon, propone una vía diferente para pensarla a partir de sus consecuencias. ¿Hay efectos comunes en la violencia del espacio familiar, en el patio del recreo o en la ciudad? Este autor concluye que toda forma de violencia produce dos consecuencias comunes: primero, destruye la confianza mínima que está en el corazón de las relaciones de unión entre las personas, y, segundo, la otra persona es reducida al objeto de la fuerza de quien ejerce la violencia.
En el ámbito de la Psicología, los estudios empíricos orientados a comprender los procesos y las características personales que pueden reducir la violencia sugieren que existe una relación entre la agresión y la baja capacidad de empatía. Desde esta línea de investigación, se ha mostrado que quienes son capaces de tomar en cuenta la perspectiva de las otras personas y sienten compasión por ellas tienen más probabilidades de abstenerse de cometer acciones que les pueden causar daño. Es decir, el agresor es quien está centrado únicamente en satisfacer sus propias necesidades, siendo ciego al daño que sus actos pueden causar en las otras personas.
El acto de empatía se opone al acto de agresión. La empatía permite tomar la perspectiva de otra persona, considerando sus necesidades y su lugar en el mundo. En condiciones normales, la vulnerabilidad percibida en otra persona activa acciones de cuidado, promoviendo también su bienestar. Consecuentemente, el papel de la empatía en nuestra sociedad parece ser clave no solo para la disminución de la violencia sino también para su prevención, concibiéndola y potenciándola como un modo de contra-discurso y contra-acción que se opone a todas las formas de violencia.

Leonor Irarrázaval Académica investigadora UDLA Sede Viña del Mar, Doctora en Psicología