Chasquear los dedos (Chistar o chispear en chilensis)
En la antigua Roma el hábito o mejor dicho la costumbre de chasquear los dedos se usaba para enviar claras señales de órdenes a alguien o para que este hiciera alguna cosa o ejecutara algún quehacer que ya sabía con anterioridad, y con el solo hecho de hacer este sonido, esta o estas personas tenían que ejecutar la orden al instante sin la necesidad de ejecutar la orden verbalmente.
En parte, este gesto con los años se ha tomado como una ofensa y más aún, en el “idioma flaite chilensis” cuando alguien quiere dirigirse o llamar la atención de alguien con este gesto y sonido. (Descarto inmediatamente el chasquear de dedos por la música y el baile.)
En el flaitismo el:“Oooooe a quien le chasqueeaa y los deoooss” es una respuesta previa a un sin número o mejor dicho, a una avalancha de insultos de toda índole de chilenismos, “este chasquear, chistar o chispear de dedos, o como quieran llamarlo” es la resultante de ese sonido característico, proveniente y producto del choque del dedo del corazón contra la palma de la mano cuando este dedo se desliza hacia abajo, friccionado previamente contra la yema del dedo pulgar. Un deslizamiento por rozamiento de los dos dedos citados y de una misma mano en un movimiento brusco del brazo y del antebrazo hacia adelante y arriba que se interpreta como una mandada al espacio a los, o al interlocutor; y qué con razón o sin razón, es tomado por los flaites como una ofensa a lo más íntimo de su ser; es como MANCILLAR la esencia más querida de su ser, es una ofensa, es deshonrar su orgullo.
Otra cosa es cuando el Estado te manda al espacio con los requerimientos del pueblo y contrariamente nosotros los ciudadano, con el brazo estirado no tan bruscamente chistamos los dedos repetidamente exclamando “¡Rápido, rápido, rápido!… Reclamando por nuestras demandas ciudadanas incumplidas, como por ejemplo, el tema de la delincuencia.
No obstante, sin entrar de forma profunda en el tema de los polémicos indultos, ya que las comparaciones en ese tema con los gobiernos pasados, son muy desfavorables con el de Boric, he aquí, de muestra un botón para la mala memoria de algunos. Sebastián Piñera concedió indultos presidenciales a 14 reos entre el 2010 y2014 y en su segundo mandato entre los años 2018 y 2022 a 24 reclusos. Existiendo además un “indulto general” en el primer gobierno de Piñera de 9.467 reclusos, argumentándose en esa época que fue adecuada esa medida frente a la situación de Gendarmería de Chile en referencia a la sobrepoblación carcelaria y el terremoto, se indultaron 4.024por el indulto general presidencial, el resto de los 9.467 pudo salir de la cárcel gracias y por medio a una modificación exprés a las libertades condicionales.
En esa gran cifra destacan 1.116 reos por diferentes delitos a la Ley de Tránsito: 767 reos condenados por narcotráfico, 444 por hurtos; 263 por robo, 134 por porte ilegal de armas, 36 por homicidio frustrado y 5 por violencia intrafamiliar, raya para la suma; 2.765 reos de alta peligrosidad indultados, con una reincidencia de más de 900 de esos personajes indultados.
Con este cotejo, una vez más, queda demostrado que muchas veces es necesario hacer comparaciones, aunque sean dañinas. Hoy incurrí en un pequeño flaitismo con un “Sonoro chasqueo de dedos” a los críticos en demasía que tanto lapidan al gobierno de Boric por los últimos indultos presidenciales, ¡y la delincuencia en sí,es otro tema a analizar!
HUBERZZA