Yin y Yang
Nos llegó de oriente…específicamente del Taoísmo chino este precepto. Afirma que está en el origen del universo y que si bien se oponen están interconectadas.
El Yin representa lo femenino y por ende a la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción.
El Yang por contrapartida representa lo masculino y por ello al cielo, la luz, la actividad y la penetración.
Con otros nombres y peculiaridades todas las culturas dieron y expresaron el origen de la existencia a partir de estos dos principios. Una Pachamama y un Ra.
Así las cosas…en todo ámbito está presente ésta suerte de binarismo.
Arriba y abajo, alto y bajo, bueno y malo, Izquierda y derecha, negro y blanco.
Nadie parece tener presente que entre estos dos últimos hay 256 tonos de grises.
En un principio la educación que le damos a nuestros hijos es compulsivamente binaria.
Nos arreglamos con puros si y no. Con permitir o negar.
Se entiende porque en un sus inicios no vamos a argumentarles, a los hijos,…por ejemplo…porque NO deben meter los dedos en el enchufe.
Un NO en tono perentorio es más que suficiente. En el idioma que se diga…con la entonación adecuada, no habrá pequeño en el mundo que no entienda y actúe en concordancia.
Poco a poco la información se complejizará aún cuando en el fondo nunca termina de distanciarse convenientemente del binarismo original.
Recuerdo que en mi primera clase de Introducción a la Filosofía el titular de la catedra, don Joaquin Barceló nos hizo una suerte de advertencia.
Afirmó que, por así decirlo, no teníamos idea del lío en que nos íbamos a meter porque la Filosofía nos enseñaría que no hay SI y NO absolutos. Que todo era, casi como dijo don Ramón de Campoamor; «según el color del cristal con que se mira».
Que la madre de las ciencias (la Filosofía, por siaca) nos daría las herramientas para cuestionar todo, repensar todo y darnos cuenta que eso del Yin y el Yang que los Hippies habían rescatado, entre otros muchos decires orientales, no pasaba de ser una caricatura muy propia de las primeras explicaciones que del universo y el origen de la vida nos dimos los seres humanos para entender nuestro entorno y conciliarnos por los atroces fenómenos naturales que los dioses nos enviaban como castigo por nuestras malas acciones.
En lo más arcano de nuestra siquis…pese a que no pocos en forma racional han superado el binarismo, subsiste esa forma de infantilismo conceptual del Bueno y el Malo.
De que si no es como yo es lo opuesto a mi, en el entendido además que nosotros estamos en lo correcto. Sin medias tinta.
Quienes somos asiduos intervinientes de las redes sociales (que son los canales donde se expresa el individuo común) podemos constatar que ese binarismo campea.
Para insultarse, ningunearse, desacreditarse unos a otros se motejan de ZURDOS y de FACHOS POBRES.
Miradas así las cosas no se entiende que haya veintiún partidos políticos reconocidos y seis en formación.
Pero ¿cómo? Se pregunta uno. Si o somos fachos o comunistas.
Es que sobre todo en las disputas políticas se hace evidente la falta de educación cívica, la ignorancia sobre la cosa pública, la inopia intelectual del chileno y chilena promedio.
Somos un pueblo que cuando habla, cuando intenta argumentar da vergüenza.
Pensar que fuimos en algún momento la editorial de Sudamérica.
Hoy el 87% de los adultos con educación media completa tiene problemas de comprensión lectora y cuatro de cada diez recién egresados de educación media no entiende lo que lee.
Y obviamente que estos.. de la única manera que comprenden y opinan del entorno es en forma binaria. Y no sólo se trata de entender poco o mal…se trata especialmente que no conocen su idioma.
Entonces van por la vida dividiendo a su entorno entre lo bueno (él) y lo malo (los que no son como él).
Alejandro Iglesias