El origen zoonótico del virus SARS-CoV-2: el perro mapache pudo traer la infección al mercado
Pese a la incertidumbre actual acerca del origen del virus que causó la pandemia de COVID-19, sabemos que los beta-coronavirus se incuban y evolucionan en especies de murciélagos del género Rhinolofus y que estos son capaces de infectar a otros mamíferos, eventualmente más cercanos, genéticamente al ser humano y capaces a su vez, de infectarnos. Evidencia emergió el pasado 20 de marzo en el repositorio de datos relacionados al brote de COVID-19, zenodo.org, indicando la presencia -en el ala oeste del mercado de Huanan- de virus SARS-CoV-2 a partir de muestras tomadas de jaulas que albergaban perros mapache al momento del brote de la pandemia. El perro mapache es un mamífero semejante a un zorro que es muy apreciado por su piel y por su carne y se vende como especie viva. Los datos fueron liberados por las autoridades sanitarias chinas y pudieron ser extraídos y analizados por equipos de investigadores en todo el mundo. Su análisis logró identificar el epicentro del brote epidémico al interior del mercado de Huanan, donde las huellas genéticas de la presencia de SARS-CoV-2 coexisten con restos genómicos (tanto de origen nuclear como de origen mitocondrial) de las especies animales alojadas en dichas celdas. Los investigadores reconstituyeron los genomas mitocondriales más abundantes a partir de las muestras tomadas del mercado de Huanan que habrían estado infectadas con SARS-CoV-2 al inicio de la pandemia. Estas especies fueron el perro mapache (Nyctereutes procyonoides) que resultó mayoritario, la comadreja siberiana (Mustela sibirica), el erizo de Amur (Erinaceus amurensis) y la rata canosa del bambú (Rhizomys pruinosus). Otras secuencias mitocondriales encontradas provinieron del puerco espín malayo (Hystrix brachiura), la marmota himalaya (Marmota Himalayana) y, en menor abundancia se encontraron secuencias genómicas mitocondriales de la civeta de palma enmascarada (Paguma larvata). La mayor densidad de datos provino de los perros mapache, que pudieron recibir la infección directamente desde los murciélagos herradura o desde una especie silvestre no identificada y, transmitirlo a otras especies de mamíferos, incluido el ser humano.
Los datos favorecen el origen zoonótico (animal) de la pandemia de COVID-19, toda vez que la infección aparece extendida entre varias especies animales en zonas del mercado de Huanan en las que el material genético humano es muy menor. Otras especies del mercado, infectadas en menor densidad, incluyeron ovejas, vacas, perros, gatos y seres humanos. Los datos permitieron precisar el epicentro de la infección en el ala suroeste del mercado de Huanan, ubicado en el distrito de Jianghan de la ciudad de Wuhan en China y son consistentes con la dispersión geográfica de las infecciones en la población humana. Estos datos permitirán trazar las fuentes de origen de los animales silvestres, cuyo comercio propició el brote de la pandemia.