No hay peor diligencia que la que no se hace
A trece días de la elección de los Consejeros Constitucionales el gobierno ha decidido ofrecer a la opinión pública algo así como un informativo respecto del acto cívico que se nos viene.
Veremos propaganda por los canales de señal abierta y las RRSS. Para ellos un mero saludo a la bandera.
Podrán así…como la pasada vez…atribuir el triunfo de la derecha a la abundante, enajenante, alienante y costosa publicidad de ese sector político.
Muy distinto a lo que vimos con la Asamblea donde La Moneda «tiró toda la carne a la parrilla».
En psicología hay un «estado de ánimo» llamado Profecía Autocumplida. Es cuando enfrentamos un desafío diciendo «me tinca que me va a ir mal»…y…por lo general…nos va mal. Y es que hasta nuestro lenguaje gestual, del derrotado, nos delata.
Pero se juega una última carta. A quince del 7 de mayo el gobierno anuncia que, con la anuencia de la CUT, ha decidido adelantar el sueldo mínimo de $500.000 en un año. Demostrando, de paso que Boric fiel a sus volteretas alguna vez dijo que pondría fin a las costumbres de la vieja política y, si esto no es un buen ejemplo de ello…
El gobierno tiene claro que el escenario hoy es muy distinto. No hay entusiasmo, no hay certezas, ni siquiera esperanzas…pero…por sobre todo…no hay mística. Nunca se recuperó de la derrota del 4 de septiembre pasado…es más…y ya lo he dicho antes, creo que ese día se acabó el gobierno de Boric.
La vez pasada vimos a parlamentarios…funcionarios de gobierno, ministros y subsecretarios, alcaldes, concejales, cores, gobernadores haciendo campaña por el apruebo. El Inti, el Quila, Illapu cantando «El Pueblo lo llama Gabriel». La plana mayor de nuestros histrioniones, desde el rojo al bermellon en pantalla alabando los venideros nuevos tiempos. Incluso escuchamos al ministro Jackson afirmar que era necesario…para desplegar el programa de gobierno que ganase el Apruebo porque solo esa nueva constitución podía ser el marco adecuado para los cambios refundacionales que ellos querían sacar adelante.
La izquierda sabe que va a perder. Lo que los tiene con el alma en un hilo (bueno, dicen que tienen dos almas) es que la cifra final no sea más baja del 38% obtenido en septiembre pasado. Porque sin duda…como decían las antiguas, eso ya sería el acabose.
Entonces levantaron una trampa en la que esperan que muchos caigan. Disfrazados en las RRSS con sus bots y sus organismos de fachada en pleno están llamando a no votar porque saben que una alta tasa de abstención los favorece.
También les preocupa la votación que puedan llegar a tener tanto el Partido de la Gente como Republicanos porque con estos dos conglomerados saben que jamás llegarán a acuerdo alguno y se nos vienen las elecciones municipales en el 2024 y las parlamentarias en diciembre de 2025 y de seguir la caída del gobierno…si hoy no tiene mayoría en el parlamento se podrán imaginar como irán a enfrentar el último año de gobierno que…muy probablemente sea debut y despedida de Apruebo/Dignidad.
Esa es la lectura política que hace el gobierno.
Mientras…adentro…el Consejo de Expertos…que parecía haber redactado un anteproyecto que satisfacía a todos en los últimos días se ha visto sometido a críticas profundas. Las últimas relacionadas con que la participación y la preocupación por la cuestión indígena va de la irrelevancia a la completa desafección y hasta el momento la izquierda ha incorporado 923…si, leyó bien, NOVECIENTAS VEINTITRÉS indicaciones que recogen los postulados ultras que ya fueron rechazados una vez.
Todo hace suponer que es una acción de cara a su núcleo duro, una especie de último disparo de la Corbeta Esmeralda antes de hundirse y pasar a la posteridad heroicamente.
Alejandro Iglesias