Primó la sensatez
El Senado rechazó este martes el proyecto de ley que pretendía adelantar el horario de cierre del comercio establecido. Afortunadamente, primó la sensatez y se evitó el avance de una iniciativa legal que, en apariencia, favorecería a los trabajadores pero que, en realidad, los perjudicaba.
Los trabajadores del comercio, como todos los del país, cumplen jornadas laborales de acuerdo a la ley. Este sector funciona, además, con turnos que respetan las horas diarias y semanales, que prontamente deberán ajustarse a las 40 horas. Adelantar los horarios de cierre habría significado reducir la cantidad de trabajadores, disminuir los turnos parttime y entregar íntegramente el mejor horario de ventas al comercio ilícito, que nadie fiscaliza, no paga impuestos y mantiene a mafias de crimen organizado.
El comercio es el principal empleador del país y da trabajo a más de un millón 700 mil personas. En momentos en que el desempleo alcanza el 9%, con una economía debilitada, habría sido absolutamente contraproducente restringir al comercio.
Además, imponer un horario único de cierre del gran comercio desconocía la diversidad geográfica y local del país, perjudicaba a los consumidores, a muchas industrias y a un número importante de medianas y pequeñas empresas. Es bueno recordar que en los centros comerciales, más del 80% corresponden a este tipo de empresa, y que estos establecimientos albergan desde supermercados, cines, restaurantes, gimnasios, centros educacionales y de salud, entre muchos otros.
En momentos en los que debemos reactivar la economía, es positivo que haya primado la sensatez en el Senado.
Katia Trusich
Presidenta de la Cámara de Centros Comerciales.