¿Qué rol cumple la Kinesiología en Oncología en el tratamiento del cáncer de mama?

Aunque la formación de kinesiólogos y kinesiólogas en oncología ha aumentado en los últimos años, aún es insuficiente si consideramos que la incidencia del cáncer de mama va en aumento en nuestro país. Por ello, es necesario que más profesionales puedan formarse en esta área de especialidad luego de egresados. Junto con esta especialización es fundamental la formación en pregrado en las carreras de kinesiología, pues si bien esta preparación podría no ser suficiente para al complejo abordaje de las intervenciones en oncología, esta mirada general posibilita generar interés en el área, y permite a los profesionales de la disciplina reconocer aquellos aspectos que deben ser intervenidos kinesiológicamente y derivar oportunamente a especialistas en el área.
Una persona con diagnóstico de cáncer de mama puede consultar en cualquier etapa del transcurso de esta condición de salud a un kinesiólogo(a) especialista en oncología. ¿Cuáles son estas etapas? Una vez conocido el diagnóstico y antes de iniciar los tratamientos médicos, la terapia kinesiológica se busca preparar a las personas para enfrentar de la mejor manera la etapa de los tratamiento médicos. Durante la etapa del tratamiento médico que busca curar el cáncer, y la etapa de seguimiento, en la que se busca mantener al cáncer bajo control, pueden aparecer diversos efectos secundarios de los tratamientos antineoplásicos. Estos pueden generarse a nivel de la piel, de los sistema cardiorrespiratorio, musculoesquelético, vascular y/o nervioso. Desde el punto de vista kinesiológico, podemos prevenir que algunos de estos efectos aparezcan o intervenir tempranamente sobre aquellos que comiencen a manifestarse, de manera de evitar complicaciones que sean más complejas de tratar posteriormente. Dentro de estos problemas nos podemos encontrar con dolor; limitaciones para elevar el brazo; fatiga asociada al cáncer (cansancio que no cede, aún con descanso); aumentos de volumen en zona operada o en el brazo; baja sensibilidad en algunas zonas asociadas a la zona operada; cicatrices que se adhieren, entre otros. Finalmente, la kinesiología en oncología puede estar presentes en la etapa de los cuidados paliativos y final de la vida, en la que nos centramos en reducir las afectaciones físicas para generar alivios y mejoras en la calidad de vida de las personas.
Se espera que la intervención de un profesional de Kinesiología en oncología, primero que todo, llegue a tiempo para prevenir la aparición de los efectos secundarios señalados previamente. Si esto no fue posible, pretendemos generar intervenciones oportunas, que permitan evitar la instalación de un efecto adverso de manera compleja. Esto impedirá que aparezcan limitaciones en las actividades diarias de estas personas y que se restrinja su participación en la sociedad. Intervenciones kinesiológicas tardías requerirán de mayor tiempo de terapia, lo que sin duda conllevará a mayores costos de atención en salud.
Es importante destacar, que las prestaciones de Kinesiología para cáncer de mama están cubiertas por el GES, principalmente en la etapa de tratamiento médico mediante cirugía de la mama afectada, ya sea que se realice o no una reconstrucción mamaria. Se espera que podamos avanzar a tener presencia de las intervenciones kinesiológicas en otras etapas de los cuidados de la persona con diagnóstico de cáncer de mama, pues tenemos no solo la convicción de poder aportar en la prevención y rehabilitación de las mujeres con este diagnóstico, sino también evidencia importante que avala este quehacer.

Klga. Andrea Riquelme Gómez, directora de la Escuela de Kinesiología, UNAB Sede Viña del Mar, Miembro del Directorio de la Sociedad Chilena de Kinesiología Oncológica (SOCHKO)