ELECCION INHUMANA
Los contagios diarios que parecían estabilizarse fines de año recrudecieron durante el verano y desde los primeros días de marzo han vuelto a crecer en forma sostenida. Igual rebrote se ha verificado en el creciente número de fallecidos. De ahí que las expectativas no son optimistas. La pandemia está lejos de desaparecer. Así, es posible que el gran número de personas que circule por las calles los días 10 y 11 de abril próximo para concurrir a votar se traduzca en un peligroso aumento de las infecciones y muertes. El estado no actuó responsablemente.
Es por ello que cada día aumentan las voces solicitando la postergación de las elecciones. El gobierno y los candidatos dudan. Solo el próximo lunes decidirán que harán.
Los números son alarmantes. 14,9 millones de personas están habilitadas para votar según el Servel. De ellos 6 millones se vacunaron con la primera dosis, lo que no significa inmunidad y 3 millones con la segunda dosis, cuya inmunidad solo se manifestará 40 días más tarde.
Considerando que la vacuna de segunda dosis se inició en los primeros días de marzo, recién podrán ser considerados inmunes el día de la votación aquellos primeros vacunados. Según el minsal hasta el 1 de marzo son 13.000 las personas, esto es, tan solo el 0.08 % de los votantes. Si, como es habitual, la abstención es alta, del orden del 53 % (2017) % y si todos los inmunes concurren a votar, estos sumarán apenas el 0.22 %. El resto, el 99,78 % de los votantes estarán propensos a infectarse.
De ahí que el acto electoral programado es una decisión inhumana porque 5.947.036 votantes (cuando la abstención es 40 %) a 14.878.862 (población con derecho a voto) corren un alto riesgo de resultar infectados por ejercer su derecho a voto.
Según el Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile el coeficiente “r” que mide el riesgo de transmisión del virus, se ha mantenido contante, en torno a 1.10 reflejando un riesgo positivo (cuando es mayor que 1). El contagio se pasea por las calles. En los perores meses del 2020 ese índice alcanzó valores del orden de 2 a 2,64 y logró reducirse en los últimos meses del año. En la actualidad está en torno a 1.11. Peligroso.
Los fallecidos diarios se mantienen en torno al 1 % de los infectados, estos últimos alcanzan a un promedio diario entre 4.900 y 6.900, pero podría saltar a los 7.000 como ocurrió el 20 de marzo y el número de muertos elevarse entre 90 a 100 por día como se registró, entre el 20 y 22 de marzo pasado, en lugar de disminuir sensiblemente 40 días después de la colocación de la segunda dosis.
Mientras ello no ocurra, el 10/11 de abril hay un alto riesgo de un rebrote electoral. De ahí que no postergar la elección significa una decisión inhumana, una irresponsabilidad estatal inaceptable.
¿Qué significará si además la votación en cuestión registra una abstención mayoritaria o superior al 50 %?
¿Qué sucederá si de los 3.700 burócratas (presidente de la república, parlamentarios, alcaldes, concejales, gobernadores, asambleístas) que deberán elegirse en el transcurso del año algunos mueren por COVID? ¿habrá que convocar a elecciones complementarias
Javier Fuenzalida